No he escrito ningún libro, si
historias cortas, no de viajes. O tal vez si eran, sin saberlo, viajes. Cortos
destinos de metas definidas, trayectos oblicuos alejados de caminos equivocados
acercando poco a poco a algo que diese
sentido.
No, no he hecho muchos viajes. Los pocos siendo obligados, domésticos, familiares, repetidos y demasiado conocidos, dejan poco por descubrir.
Muy joven cuentan las biografías
que Mark Rhotko atravesó Estados Unidos
en tren. Un viaje largo donde un sensitivo niño observaba asomado a la
ventanilla dibujando con sus dedos en el cristal líneas horizontales que en
paralelo, dividieron su imaginación y que plasmó en su obra de adulto.
Viajes no atendiendo al viaje y viajes que permiten
desplazarte en tu interior obviando por conocido tu destino, campos abiertos
que se enseñan y anuncian al exterior, donde perder la mirada. Trenes mostrando paisajes
ignorados, respiraderos de vientos, aberturas al alcance a las que no dedicamos atención que
se desplazan y acompañan, que parezca se muevan. Que preferimos no observar pero que nos muestran un camino.
El único viaje que debemos
prestar atención es la vida, tan presente y flexible como ignorada cuando no la miramos, que se mueve, acompaña, que con el paso de los
años casi sin darnos cuenta de forma imperceptible, se transforma y nos cambia.
No edifiqué siendo arquitecto, si
construí historias. Me siento (sin
haber publicado nada) salvo esta selección, recopilación que pocos leen, relatos,
calcos fotográficos posicionados de períodos de mi vida repetidos en temática, diría
que casi obsesivos, narrador de un viaje personal.
La arquitectura no se mueve se
posiciona, alberga, contiene y se ocupa, pero con el tiempo como todo lo existencial
cambia de forma y envejece.
Estos escritos undosos, conforman un cuerpo, se forjan en el
tiempo en el que se mueven como un diario. Si su intención es interrelacionarse, de dibujar perspectivas, líneas paralelas de escritos que de forma
invisible envuelvan una realidad, el tiempo lo dirá.
Estructurar obras, proyectar,
armar, colocar de forma análoga e identificable a cualquier realización
arquitectónica, quizás sea su objetivo final. Y mientras... enseño estudios previos, esbozos, donde
enfocar esquemas a imaginar para decidir por donde ir y a dónde llegar.
Otro relato oblicuo, corto, otro
movimiento que busca la dirección sentida. Otro escrito que observa, explora y viaja sin desviarse...