martes, 30 de mayo de 2017

borradores que corrijo

"No puede haber sino borradores, el concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio"
Borges

"No escribo. Corrijo"
Monterroso



Matizar, escoger, revisar, desechar, reescribir lo ya escrito, todo un recorrido oblicuo de realidades superiores contenidas, mostradas, agrupadas, expuestas, que acompañan y crecen. 

Reescribo en red, nada es concluyente, nada es preciso, ni sagrado, sólo permanentes borradores incansables que se redactan una y otra vez. 

Ideas rayadas que subrayan creaciones, universos personales. 

Solo somos, que no es poco, seres creadores, sin saberlo, de nuestra realidad subjetiva creada por nuestros pensamientos. 

Semillas estelares que no sabemos jugar (o nos cuesta o no nos dejan), ni disfrutar, de la maravillosa experiencia que es vivir, que es amar…


jueves, 11 de mayo de 2017

vibrisas

Bigotes de gato
 radar de lo que le rodea.
 Sensor que detecta
que identifica lecturas en vida.
Vibrisas localizando
señales que nos acompañan.




miércoles, 10 de mayo de 2017

relatos oblicuos

No he escrito ningún libro, si historias cortas, no de viajes. O tal vez si eran, sin saberlo, viajes. Cortos destinos de metas definidas, trayectos oblicuos alejados de caminos equivocados acercando poco a poco  a algo que diese sentido. 

No, no he hecho muchos viajes. Los pocos siendo obligados, domésticos, familiares, repetidos y demasiado conocidos, dejan poco por descubrir.

Muy joven cuentan las biografías que Mark Rhotko atravesó Estados Unidos  en tren. Un viaje largo donde un sensitivo niño observaba asomado a la ventanilla dibujando con sus dedos en el cristal líneas horizontales que en paralelo, dividieron su imaginación y que plasmó en su obra de adulto. 

Viajes  no atendiendo al viaje y viajes que permiten desplazarte en tu interior obviando por conocido tu destino, campos abiertos que se enseñan y anuncian al exterior, donde  perder la mirada. Trenes mostrando paisajes ignorados, respiraderos de vientos, aberturas  al alcance a las que no dedicamos atención que se desplazan y acompañan, que parezca se muevan. Que preferimos no observar pero que nos muestran un camino.  

El único viaje que debemos prestar atención es la vida, tan presente y flexible  como ignorada cuando no la miramos, que  se mueve, acompaña, que con el paso de los años casi sin darnos cuenta de forma imperceptible, se transforma y nos cambia.

No edifiqué siendo arquitecto, si  construí historias. Me siento (sin haber publicado nada) salvo esta selección, recopilación que pocos leen, relatos, calcos fotográficos posicionados de períodos de mi vida repetidos en temática, diría que casi obsesivos, narrador de un viaje personal. 

La arquitectura no se mueve se posiciona, alberga, contiene y se ocupa, pero con el tiempo como todo lo existencial cambia de forma y envejece. 

Estos escritos undosos, conforman un cuerpo, se forjan en el tiempo en el que se mueven como un diario. Si su intención es interrelacionarse, de dibujar perspectivas,  líneas paralelas de escritos que de forma invisible envuelvan una realidad, el tiempo lo dirá.

Estructurar obras, proyectar, armar, colocar de forma análoga e identificable a cualquier realización arquitectónica, quizás sea su objetivo final. Y mientras... enseño estudios previos, esbozos, donde enfocar esquemas a imaginar para decidir por donde ir y a dónde llegar.

Otro relato oblicuo, corto, otro movimiento que busca la dirección sentida. Otro escrito que observa, explora y viaja sin desviarse...