Me dejo embriagar en esta entrada
formulada de esbozos de ciencia de aquí y de allá, religada y culminada de
intuición y posos de alguna verdad, y aderezada de retórica en toda su prosa.
La nombro devenir.
Empiezo con esta otra frase del
físico Paul Dirac¹:
"La existencia de un solo
monopolo magnético en el Universo explicaría la cuantización de todas las
cargas eléctricas del Universo"
Cuestiona (para el que sepa algo
de esto que no es precisamente mi caso) y si así lo he entendido, la asimetría
de las ecuaciones de Maxwell² de nuestra realidad. Porque esa
palabra (cuantización) va de expresar matemáticamente y construir un modelo
cuántico (a escala muy pequeña) desde los postulados de la física clásica que
permita deducir la posibilidad de la existencia de dicho monopolo.
Es este símil gráfico que lo
entiendo mejor (o eso creo) y me lo explico así: La hipotética cuerda de Dirac
es una especie de solenoide infinito ―manguera― por la que fluye la energía
desde un punto débil al lado de la fuente (y por eso no lo vemos) hacia un solo
polo magnético del que salen aspersores de líneas nodales.
Algo así como que del polo (monopolo)
dimana esa energía (principio de cohesión) que nos permite vivir en el teatro
de la ilusión de la separación.
De nuevo me recuerdo hablando
desde el “spinner” de mi imaginación, intuición rotando los brazos
trinitarios del trisquel a modo de rotor permitiendo, a más energía, abrazar
los almizcles que cohesionan nuestra realidad.
Los planetas rotan, nuestro
satélite nos muestra su mejor cara rotando sin dejar de mirarnos. Nuestro Sol, y
las demás estrellas y galaxias se esparcen en la danza de la separación
acelerada, en la energía del vacío³ surgida de la fluctuación cuántica⁴.
Que por aquí los derviches sufíes
pivotan girando en ese baile exaltado que evoca el lamento del alma separada al
mismo tiempo que celebran el amor.
Este devenir que no sabías, pero
intuías, escúchame, es lo que “llegará a ser” a convertirse:
Es el a-mor (la sin-muerte) el constante flujo de energía que emana del centro G y nos atrae y envuelve. Es junto a la impasible y enigmática esfinge⁵ (la lideresa que salvaguarda el más allá) quienes nos recuerdan el principio de unidad de todas las cosas de la que procedemos y al que, seguro, algún día volveremos.
Ese centro G monopolar donde reside la esencia del campo energético, el amor, que sólo puede, al atraer carga, tan sólo al recibir devolver y dar, desprender belleza a la que rendirnos, al aceptarnos, con todo lo que ello conlleva sin más.
Divenire
1. Paul Dirac. Físico británico (Bristol 1902-Tallahassee,
Florida 1984). Fue uno de los fundadores de la teoría cuántica relativista.
Fuente Larousse 2000
2. James Maxwell. Físico escocés
(Edimburgo 1831 Cambridge 1879). En 1873
halló las ecuaciones generales del campo electromagnético y desarrolló la
teoría electromagnética de la luz.
Fuente Larousse 2000
3. La energía del vacío es
la energía oscura del espacio-tiempo y es el medio en donde se
encuentra dispersa toda la materia siendo la misma energía del punto
cero que existe aún en ausencia de todo tipo de materia.
Fuente Wikipedia
4. Las fluctuaciones cuánticas
surgen en el seno del así llamado vacío cuántico, un estado físico
que contiene la menor energía posible. En el interior de
este vacío fluctúan ondas electromagnéticas de las que surgen las
partículas: a partir ellas se construye la realidad que percibimos.
Fuente Wikipedia
5. La esfinge puertas 7/13 I 2/1 y el receptáculo del amor
25/46 I 10/15 se encuentran en el centro G o Monopolo Magnético. Paul Dirac
(8/8/1902) nació con la cruz del ángulo Derecho de la Esfinge. Puertas 7/13 I 2/1.
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25ª Clave Genética. El mito de la herida Sagrada. Sombra: Constricción/ Don: Aceptación/ Siddhi: Amor Universal.
Las Claves Genéticas. Richard Rudd
