lunes, 15 de septiembre de 2014

and i love her

Emoción, sensibilidad, y belleza.

Un dedo pulgar se dobla en una mano izquierda contorneándose para puntear una balada con una guitarra acústica. Abraza el mástil por arriba cosa insólita, y la sexta cuerda siente su presión. La mano derecha se desliza con suaves pinceladas en unos dedos que acarician cada acorde. Los ojos cerrados ven y sienten y la cabeza doblada acompaña a un cuerpo también doblado, contorneado como su mano izquierda, que dobla a la guitarra porque quiere estar lo más cerca posible de donde sale el sonido y no quiere perderse detalle.
La emoción, la sensibilidad, y la belleza son tres de las piezas claves que nos faltan de un puzzle incompleto ya de por sí, para cambiar la limitada visión de nuestra existencia que nos lleva a querer imponer con frustración nuestra verdad a los demás con lo que eso conlleva de impotencia y en otras facetas de la vida trágicas, de sufrimiento y dolor entre congéneres:
“Bright are the stars that shine, dark is the sky”
Luminosas son las estrellas que brillan, oscuro es el cielo.
Pat Metheny versiona la balada de los Beatles “And I Love Her”



sábado, 13 de septiembre de 2014

el espacio tiempo se puede doblar

El espacio tiempo se puede doblar. Demuestro esta afirmación.
Pensamiento, realidad, consciencia, percepción, interpretación, sincronicidad, números. Todo en un instante, microsegundos imperceptibles, como suspendidos en un instante congelados que cambian la realidad, o realidad que llevas a tu terreno acorde a tus pensamientos.
¡Oh sorpresa!
A partir de ahí interpretas. 
¿Soy yo?, ¿es algo o alguien ajeno a mí?, ¿es mi otro yo? 
¿Qué es?...
¡Vaya! ―no me había dado cuenta. ¿De qué? no nada, de esto, de aquello.
Asociación disparatada, coincidencias inverosímiles, esta es la interpretación ajena a ti desde el mundo real y racional. 
¿Casualidades? ―mejor me callo no me iban a creer. 
Pero íntimamente sientes que estás inmerso en un proceso acompañado.
¿Quién te acompaña?
¡Qué más da! 
Si lo buscas te aseguro que lo encuentras afirma uno que parece ser que sabe de qué va esto y te miran entonces raro siquiera si osas hablar de estos temas, porque te etiquetan de charlatán, de persona desequilibrada, de vivir inmerso en estados alterados de conciencia por procesos cognitivos absurdos. De vivir de espaldas a la realidad. Seguramente ha pasado por experiencias traumáticas en su infancia o recientemente. Es tan sensible. Le da por leer cosas raras. Siempre fue así, como ausente en su mundo, no se integra se le oye decir a uno. Otro que también parece ser que lo sabe todo. 
¡Hay tanta gente que lo sabe todo!
Pero tú sigues atento, observando, siguiendo el juego. Los números y las letras en determinados órdenes informan desde planos superiores. El título de una canción, una misma melodía, una noticia que te llama la atención, procesos paralelos a tu rutina diaria. Reuniones, discusiones en el trabajo y con los tuyos, estrés, noticias, la compra, llegar a fin de mes. 
¡Vaya! me han puesto una multa. Todo sigue una agenda inalterable.
Los ves dormidos, o eres tú el que estás dormido.
¿Qué interesará? ―¡Ah sí!, el fútbol, la política, el dinero, la religión,  el ocio, todo pura distracción, parece mentira que no me acordara, en que estaré pensando.
Todo tiene su parte difícil, estudiar, investigar, desechar, discernir, seguir. Buscas un hueco en el día de comunicación contigo mismo. Lo buscas en determinados momentos y de diversas formas. Buscas una conclusión que de sentido a esto: 
Observas a una pareja paseando de la mano y un poco más adelante, un anciano en un banco con las manos rugosas por el tiempo aferradas a un bastón que le sustenta, dirige su maltrecha mirada al frente. El aire mece suave las ramas de un árbol y las hojas en el suelo juguetean al vaivén del aire anunciando que pronto vendrá una nueva estación. El sonido de la naturaleza existe. Unas nubes caprichosas en sus formas. Un recuerdo, un sueño, una bandada de pájaros. Se empieza a poner el sol, y el aire limpio entra en tus pulmones tras una inspiración consciente...
¿O es un suspiro? 
El anciano se levanta y se va, las hojas siguen jugando, los pájaros se alejan. Todo se presenta como si se tratase de una metáfora de la vida misma. Mañana será otro día.
El tiempo lo doblas, o bien buscas reescribirlo en tu realidad. Cuando lo doblas, logras domar tu parte inconsciente a tu antojo. Lo ves ha vuelto a ocurrir. Miles de años de evolución para apenas haber evolucionado un poquito, y no entendiendo mucho, entender que hay algo más. 
¿Qué es?...
Te lo digo ahora, observa, entiende esto, olvida lo que has aprendido, todo, y cuando digo todo, es todo, va sólo y exclusivamente de amar, por tanto, de aprender a amar. Párate y observa respira, ama, comete la vida y esta será un regalo.
Será como esa bella y serena puesta de sol donde una pareja pasea su amor, donde un anciano al que no conoces, que ha vivido lo suyo, reflexiona, con la mente a lo mejor en blanco pero aparentemente sereno y en paz consigo mismo.
Y podrás materializar tu realidad al desear decirle de cerca, lo mismo que le dirías a las hojas que juegan, o a los pájaros que emigran, o al cielo que oscurece porque el Sol se va a descansar. 
Que los amas. Que amas la vida. Lo harás y doblando el espacio y el tiempo sincronizando tu mente con tu corazón, será entonces cuando un guiño cómplice a tu atención te será mostrado.
Se puede y ocurre, más de lo que crees...


martes, 9 de septiembre de 2014

huele bien

Una persona inocente es una persona que no huele mal: (in=no, y  ocencia derivada de ocena que significa mal olor fétido).  Los recién nacidos, los bebes, huelen bien, serán esos talcos para “el culete”  y las colonias al uso para niños. Recuerdo a mi madre cuando ejerció por primera vez de abuela, que decía que hasta las deposiciones tras la lactancia materna de su nieta olían bien. Aunque pueda parecer escatológico llevaba  razón y quien haya pasado por esta experiencia seguro que así me lo corroboraría.
Otra acepción que encuentro, últimamente me asombran las etimologías de las palabras, habla de in nocens. Y nocens viene de nocere, “hacer daño” por tanto inocente sería que no hace daño, que no hace el mal.
Si en el origen somos inocentes,  su opuesto el destino es también la otra cara de  la inocencia. Y si nuestra experiencia de vida tiene un origen y un destino, el camino será no perder de vista en ningún momento, que es estar atentos,  la inocencia. Porque una persona inocente es aquella que no concibe ni siente el mal y no se siente mal,  que está en paz, libre de culpa, y encima, escuchen y luego perciban y sientan,  a ver si aprendemos algo:
¡Huele bien!.