lunes, 21 de diciembre de 2015

la canción eres tú

La canción eres tú, me lo dicen ellos, o Él o mi otro yo cuántico, o quien sea.

No, no soy yo refiriéndome a un tercero, diciéndole que siento. Son, seguro, mis guías. Fred Hersh sólo acaricia con sus manos un piano y la interpreta y la siente como yo la siento, como una emoción, porque ahí la canción es Él. 

La escucha o escuchan a través de mí, porque quienes sean, quieren sentir mi emoción. Y me lo dicen, porque saben que me  alimento de mi sensibilidad, de estar receptivo y fijarme, y a cambio alimentándoles con lo mejor de mí, me susurran verdades, vientos ineluctables que elevan vibratoriamente la consciencia de mí Ser.

Sí, si la canción soy yo, y no lo sabía. Mi emoción que sería verte para oírte, oírte para sentirte, sentirte sin más, escuchar cuando miro, tocar cuando oigo, abrazar y mucho más, es su emoción, la emoción que expresase cual una etérica caricia, musas de amor sin más.

Tú y sólo tú, sonando para mí. La canción eres tú, que soy yo, si logras entender, que hay algo más, y ese más tan sólo encerrase un poderoso mensaje. Y ese mensaje, sólo y lo digo bien alto fuese, tan sólo Amor.

La canción soy yo, y si la oyes como yo o como Él, la canción serás tú.

Una vez más desperté en este absurdo y liado mundo de sordos, busqué un retiro, me aparqué, paré, pero la canción, tal y como lo entiendo, porque así me lo han dicho, soy yo, y sí, lo confieso, no lo sabía…

Amor, es el espejo gemátrico de lo incognoscible, que es decir, Dios.


The song is you. 
Fred Hersh. “Sólo”

viernes, 11 de diciembre de 2015

disco de oro

En “sonidos de la tierra” el disco de oro de la Voyager, mandado al espacio en 1977, se incluyen, aparte de sonidos e imágenes de como somos, y al principio, saludos en cincuenta y seis idiomas. El saludo en latín es: 

“Salvete quicumque estis; bonam ergo vos voluntatem habemus, et pacem per astra ferimus”.

"Saludos, quienesquieran que sean, tenemos buena voluntad para con ustedes, y llevamos paz a través del espacio".

Sonroja cómo repasado el susodicho disco no hay ni una sola referencia a nuestra naturaleza belicosa más que manifiesta desde hace siglos y presente y de rabiosa actualidad. Se ve que lo de mentir es innato y consustancial a la naturaleza humana, así que mejor ni mentarlo, ni escucharlo, ni enseñarlo. 

El mensaje, se me ocurre, para que tuviera coherencia debería decir algo más o menos así:

"Saludos, quienesquieran que sean, tenemos buena voluntad para con ustedes y llevamos paz a través del espacio... que lo que es por aquí ni buena voluntad ni paz se la podemos garantizar, más que nada porque andamos matándonos, desde hace ya ni les cuento, fundamentalmente, aunque les parezca increíble, por motivos religiosos y económicos".