En “sonidos de la tierra”
el disco de oro de la Voyager, mandado al espacio en 1977, se incluyen, aparte de
sonidos e imágenes de como somos, y al principio, saludos en cincuenta
y seis idiomas. El saludo en latín es:
“Salvete quicumque estis; bonam ergo vos voluntatem habemus, et pacem per astra ferimus”.
"Saludos, quienesquieran que sean, tenemos buena voluntad para con ustedes, y llevamos paz a través del espacio".
Sonroja cómo repasado el susodicho disco no hay ni una sola referencia a nuestra naturaleza belicosa más que manifiesta desde hace siglos y presente y de rabiosa actualidad. Se ve que lo de mentir es innato y consustancial a la naturaleza humana, así que mejor ni mentarlo, ni escucharlo, ni enseñarlo.
El mensaje, se me ocurre,
para que tuviera coherencia debería decir algo más o menos así:
"Saludos, quienesquieran que sean, tenemos buena voluntad
para con ustedes y llevamos paz a través del espacio... que lo que es por aquí ni
buena voluntad ni paz se la podemos garantizar, más que nada porque andamos
matándonos, desde hace ya ni les cuento, fundamentalmente, aunque les parezca
increíble, por motivos religiosos y económicos".
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