Querido Jiddu:
Pues va a ser que sí. Verás no es que lo hubiese dudado, es
que efectivamente como bien dices: "No es bueno estar adaptado a una sociedad
profundamente enferma".
Si reconociésemos estar enfermos conllevaría admitir que habríamos
perdido la salud. Pero verás, es que no vemos que no vemos, somos incapaces de
admitir que aunque de salud física, creamos estar bien, lo que es de salud mental
vamos francamente mal. De hecho muy mal. Si ya sé que hay grados, pero es que
el problema no reconocido es que somos incapaces de amar. Qué te voy a contar
que no sepas tú.
Si Jiddu hoy empieza una nueva cumbre sobre el cambio
climático. En las agendas de los mandamases, camuflado me temo que sólo haya
intereses y poca voluntad de arreglar esto.
El ser humano aún cree que las
cosas se presentan de la manera como son percibidas a simple vista y no hubiese
otras maneras de ser sentidas, tal cual si fuese el mundo, un mundo creado por
sí mismo. Y de ahí el no ver al prójimo como algo cercano. De ahí que no
sientan dolor por una madre naturaleza que gime o sólo sientan dolor por la
pérdida de uno de los suyos.
Ya ves, casi que prefiero estar solo, solo de nuevo, o con
gente afín inadaptada que se asombre como me asombro yo, aunque seamos pocos,
de la estupidez humana, porque esta y no otra es el diagnóstico acertado de su
enfermedad, porque es de estúpidos quedarse paralizado, no reconocer que estamos
por aquí de paso para amar. Seguro que entonces el mundo cambiaría y dejará de estar enfermo.
En fin te dejo con una preciosa melodía de O’Sullivan. El
protagonista, al perder lo que más quería se pregunta por qué. Porqué se queda
y se siente sólo de nuevo. Quizás su problema sea que lo que realmente ocurra
es precisamente lo contrario: Que no nos quedamos solos, que mientras estemos
por aquí, aún nos tenemos los unos a los otros. Aunque seamos pocos.
Recibe afectuosamente un fuerte abrazo,
dave
Alone Again (naturally)
Gilbert O’Sullivan
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