jueves, 27 de noviembre de 2014
indicadores
miércoles, 26 de noviembre de 2014
capacidad innata
domingo, 23 de noviembre de 2014
tiempos diferentes
Entendamos un tiempo diferente donde la cordura sea diferente. Tempus, temporis, significa sien (cada una de las dos partes laterales comprendidas entre la frente, la oreja y la mejilla) y sien está, etimológicamente vinculada al juicio y discernimiento. Los catalanes hablan del "seny" con referencia a la cordura, como percepción ecuánime y de sentido común antes de enjuiciar. Como vemos lo temporal está asociado, en cierta manera, a esta parte de nuestra anatomía.
Pero... ¿Un tiempo diferente a qué?
Diferente a la cordura que conocíamos. Opuesto a locura, como estado mental estaría la prudencia y la sensatez. Pero no hablo de locura. Admitamos pues que iniciásemos un estado de cordura, prudente y sensato pero diferente a algo que conocíamos. Repito diferente no es opuesto. Hablo de diferente sensatez o prudencia, en definitiva diferente cordura.
El Tiempo del no tiempo no es la interpretación por oposición que nos parece indicar. Una que nos llevaría a perder el juicio por no disponer de referencias espacio temporales admitidas en nuestra realidad conocida hasta ahora. Esa sería la interpretación vaga y subjetiva de personas ajenas a la percepción de un cambio de por si actualmente existente, enrocadas socialmente, encerradas en el orgullo de lo existente como justificación de una enajenación mental no reconocida participada por una mayoría alienada, con lo único que les han enseñado, implacables defensores de un sistema, su sistema en el que creen y necesitan creer.
Unos parámetros desaparecen y otros son latidos incipientes de la sien, que reflejan que uses la cabeza con una cordura, ese dedo atornillando que Mary Shelley imaginó de forma literal en la sien de su creación, diferente, donde el juicio y el discernimiento te sean mostrados desde la ecuanimidad y percepción sensorial reajustados a una nueva realidad, misma realidad anterior pero diferente percepción de la misma.
Nuestra cordura pudiera ser cuestionada por más de uno que nos rodee, pero es acorde a una percepción mostrada, de muchas formas inimaginables e inadvertidas para quien no quiere ver y que ratifican y confirman esa cordura diferente para estos tiempos diferentes.
Su interpretación todavía es de difícil comprensión (no pocas veces vemos sólo lo que queremos ver) pero estando presente y siendo consciente de ello, aventura el cierre definitivo de una época y por descontado la apertura de algo no conocido.
Para ello se necesita coherencia entre percepción, pensamiento y acto. Y diría que, se manifiesta y siempre te recuerda, el objetivo de nuestra existencia, en tanto en cuenta el amor y el dolor por el sufrimiento ajeno, se sientan y te penetren y revuelvan tu conciencia.
jueves, 20 de noviembre de 2014
un mundo repetido
La luz del Sol tarda unos ocho minutos en venir. Cuando miras desde el presente simplemente observas el pasado. El futuro ya pasó. No existe manera física, de observarse a uno mismo, como no sea mirándote en un espejo donde se refleje tu propia imagen, y esta sólo reflejará en milésimas de segundo el pasado y la parte superficial y visible de ti.
Tratar de ver más allá hacia mi interior necesita de práctica y quietud. Este mundo, y mi sagrado libre albedrío, me lo permiten, pero yo, y mis responsabilidades (seguramente mal entendidas) en un mundo de competición y distracción en el que hay que pagar por todo, no me lo permiten. Al menos todo lo que yo quisiera.Todo se mueve y cada vez más rápido, y yo quiero pararme e ir cada vez más despacio.
Observo el presente me detengo: Por la mañana en el metro las personas andan con cara cansada. Cada vez hay más gente que se gana como puede unas monedas interpretando canciones de vagón en vagón. En el exterior parado delante de un semáforo una señora con moño blandiendo al aire con una mano un bote con detergente, con otra un limpia parabrisas, se abalanza sin previo aviso y en un instante te limpia el cristal quieras o no, a la salida del super un emigrante extiende un vaso de plástico, ambos buscan lo mismo.
Duele.
El trabajo durante el día se hace duro. Como en casa de mis padres y así les veo y hago una visita. Una señora en la tele habla del ingreso en prisión de una tonadillera y del inminente fatal desenlace de una duquesa. Mi madre no le quita ojo a la tele. Por la tarde después de acabar la jornada, acompaño a mi hijo a entrenar. Compite los sábados. Le preparan. Volvemos y le ayudamos en sus estudios. Examen, deberes, memorización, metodologías oficiales para que en el día de mañana se gane la vida.
Por la noche enciendo la tele. Veo competición y limitación de tiempo en un programa concurso con una rueda con iniciales de letras, competición y prisas en un programa de cocina, competición y niños disfrazados de cantantes a imitar en un entretenimiento de música. Unos jóvenes encerrados en una casa haciendo el memo, competición en el deporte rey, anuncios de publicidad, trágicos telediarios, frio en Nueva York. Cóbrate Antonio, el anuncio de Navidad donde un abatido hombre se lamenta de no haber comprado el boleto que lleva a la felicidad. Lo más bonito es compartir. Mira en eso concuerdo con el capcioso y engañadizo anuncio.
Todo un mundo globalizado esperpéntico por repetido, donde se busca desde la competición y el dolor, emocionar. El espectador pasivo descansa de una jornada extraña, agotadora y repetida. Me voy a mi cuarto me niego a seguir viendo rutina. Pongo música, leo blogs alternativos, prensa oficial. Se ha muerto la duquesa, el ébola ha desaparecido de los medios. ¿Será cierto?, ¿Habrá ya cura?. Me entra sueño, antes de acostarme releo mis reflexiones de unos cuantos años escribiendo por la red.
"escritosenred" decido titularlos y en breve agruparlos, modificarlos (cuidado que escribo tonterías), quien sabe si algún día publicarlos.
Sólo existe el presente, y este es como una red que nos atrapa, un presente de un futuro que ya pasó en el que como ya conocemos lo sucedido, y no nos gusta, nos empecinamos en advertir a otros, si aún están a tiempo, para que despierten.
Si ya se, un poco triste todo.
sábado, 8 de noviembre de 2014
la hamartia
miércoles, 5 de noviembre de 2014
oscila
Oscila, se balancea al viento, resuena, vuelve a sonar repetidamente, se cuelga desde un solo punto y después de encontrar un equilibrio se mueve alternativamente de un punto a otro.
Primero a un lado, luego a otro, y vuelve, vuelve...
Se columpia hasta encontrar los límites que le permiten a ese balanceo vibrar.
Y vibra pacientemente, reverbera, tiembla y se agita.
¿Es una onda?, ¿Es una ola?, ¿Es una frecuencia?, ¿Es un sonido?
Sí, y también un recuerdo, una cuna de bebe, un columpio en su niñez, una hamaca de mayor, una mecedora en su vejez, un descanso.
La calma del tiempo, un diapasón al compás, la que afloja los nervios, la que le hace estar bien. La que le duerme en serena placidez.
Quizás así se entienda porque yendo y viniendo, necesitamos mecer la vida, equilibrarla con constancia, paciencia, respirarla, balancearla y disfrutando, saborearla repetidamente.
Hazlo con una melodía, con una mirada serena, con la mente detenida, con la respiración pausada.
Las olas de la vida van y vienen.
Se necesita, porque calman, mecen y reconcilian, pero sobre todo porque acallan el ruido exterior y lo que es más importante, te reencuentra con tu Ser interior.