Al parecer se necesita un
septenio para cincelar cambios en tu genética y encauzar tus células todas
ellas renovadas y redirigidas. Siete años, promedio consensuado por disciplinas
que así lo autorizan.
En el pasado julio, a finales, se
inició el cuarto año de desprogramación, desde que vi reflejado en el espejo un extraño cuerpo gráfico en el que se me decía que esa imagen era yo.
“engranajes engrasados” un
primer escrito tras ese concepto, se mostraba en el cuarto de la dualidad en su arranque en puerta 7. Era un 6 de agosto de 2020:
“…mi propósito se cumple informando a través de mi mente, iniciado por mil caminos que prueba” […] me señalaban por entonces.
La cuarta línea del I-Ching armoniza
con la línea uno, y eso por analogía en sus líneas, es lo que toca este año. Exteriorizar
lo aprendido del trigrama inferior e influenciar en la medida de lo posible en
el individuo.
No concibo otra manera.
Tal vez un neutrino mediador de fuerzas
débiles, se detuvo, y capaz en la fusión de producir luz y energía, necesitado
de ciertas reglas del mundo cuántico se desintegró y al transformarse, decidió alterar “el sabor” de la partícula elegida transfiriendo información.
Representación asidua de la ola emocional que trabaja
mediante el deseo del canal manifestador, colectivo y abstracto 35-36 (la única
definición a la que me puedo agarrar) es la que adopta formas de rayos, descargas,
seguridad de un canal de la transitoriedad, es mi caso singular y lunar al 100%.
Sentir la debilidad (casi
un juego de palabras) en la que la información
se prende, es aceptar que nuestros centros abiertos están
sometidos a la dictadura del condicionamiento desde muy tempranas edades.
Es aceptar tu vulnerabilidad a
través de lo heredado, la familia, el entorno, las creencias, incluso lo que mal aprendes, ese derrumbe de deseos, heridas, de lo que no eres y que conforman un Él.
No energético dicen del reflector
lunar con sus centros abiertos atento, si lo sabe, en su propósito en la
repetición cíclica, transitando en un solo mes por cuadrantes de iniciaciones,
formas, dualidades y mutaciones con las que conexionarse.
Máxima energía, privilegio, para
el manifestador sarmentoso que descarga su rayo transitorio de elevada
intensidad activado por determinadas
circunstancias a la espera de reconocerse y encontrar su paz.
Y tiempo, tensión de una vida,
para evidenciar un viaje, el experimento de un viaje que te transforme en
aurora.
"Cuando el discípulo está listo, el
maestro aparece, porque la disposición está dentro de nosotros y la maestría
está dentro de nosotros. Cuando hemos llegado a un punto en el que merecemos el
siguiente nivel, siempre se nos transmite, usualmente por un símbolo
arquetípico, o a veces a través de un nuevo punto de vista. Hemos leído un
texto sagrado miles de veces, hemos examinado una obra erudita cien veces, pero
de repente, al repasar este texto por la mil y una vez, el significado se ilumina
en nosotros, y esta iluminación del significado es lo que Jakob Böhme llamó
"la Aurora", el amanecer del significado es la recompensa que recibe
el individuo al haber llevado el experimento justo al nivel inferior de lo que
representa ese amanecer. Cuando llega al nivel en el que el amanecer debe ser
el siguiente, entonces llega; y esta es la corona del adepto en la alquimia.
Entonces posee el secreto y por extensión puede utilizar el secreto de la
manera que le parezca apropiado; pero antes de haberlo logrado ha descubierto
la integridad, y por ello sería incapaz de desperdiciar, corromper o
comprometer la sabiduría que ha recibido"
Manly P. Hall The Alchemist's Primer: Fundamentals of Esoteric Transformation
Semana del 16 al 21 de septiembre de 2023