La buena suerte atribuida a amuletos, primitivas, rezos o rituales me temo es inalcanzable.
Eso sí, quien deje en su empeño
de perseverar o luchar con denuedo, no hallará fácilmente su particular trébol
de cuatro hojas.
La riqueza, fama, amor y salud, las
frondas atribuidas a la felicidad, se volatilizan al deseo. Confucio que de esto sabía un rato nos hubiese
recordado que la felicidad también discurre por otros lados y está hecha a la
medida del hombre:
“Con arroz para comer, agua
para beber y mi brazo doblado por almohada puedo ser feliz”
Pero las sincronías y las serendipias que
se presentan fruto de tu determinación, si son indicativas de una dirección acorde a tu forma esculpida que se acerque porque no a la eudaimonia aristotélica.
Ya verá… es esa afirmación
a futuro del escrito pasado de hace unos días, de lo que tienes delante de ti y
fuiste incapaz de ver.
No, no es un recorrido en el santoral que confirme, ni el dogma que estigmas cerciore, ni rituales paganos. Cierto es que cabe su interpretación para regocijo del creyente o del descreído, pero también para lo que uno quiera ver, siempre que todas sean entendidas desde el respeto.
Apoyarte en gestaciones
arquetípicas desde la inocencia, la encarnación, el bautismo y la piedad, relacionarlo
con ciclos estacionales o atribuir
su discurrir desde facultades humanas como la sabiduría, la creatividad, la creencia y la santidad conforman poderosas asociaciones, juegos, de este gerundio
simple caído, todavía en curso, que es el hombre.
Hoy hace un año que me hacía con el libro de Diseño Humano. Llegaba a mí habitación la llave de Ra. Y por pasado mañana, rumiaba, algo debería ver...
...Y sí, lo que observo por estos días es un despliegue de cruces de encarnación de ángulo derecho del receptáculo del
amor diferentes a mí variante de nacimiento, definidas en diferentes líneas.
Toda una polaridad simétrica de
soles y tierras propios:
"Hoy la tierra y los cielos me sonríen; hoy llega al fondo de mi alma el Sol..." la preciosa poesía de Gustavo Adolfo Bécquer.
Pero también veo cruces
de nodos, posiciones enfocadas del pasado
y orientadas al futuro, bien aspectadas desde "el abuelo". Tránsitos de este mes que durarán unos pocos días por canales exploratorios y del despertar, por convicciones, reconocimiento
de entornos balizados a mi percepción.
En el hemisferio norte de camino
al invierno el otoño inicia mañana la trayectoria solar que empieza a inclinarse, de
ahí el saber orientar bien tu morada para recoger sus rayos cada vez más angulados
y beneficiarte de su luz cuando el frio apriete.
La vida por sí misma proyectada hacia
arriba como el trébol, el árbol, o el ser humano, enraizada en lo terrenal, la madre, se
desarrolla queriendo alcanzar sus personales cielos.
La felicidad encontrada, medida de
buena suerte, es fruto del trabajo de un despertar a tiempo y con el tiempo,
eso siento, al maya en el que vivimos y que ni siquiera intuyes o sabes,
misterios de la vida, por qué con tanto placer, verdad, magnetismo y alegría acogiste.
Serán estos ágrafos virtuales, incisiones libres imaginados sobre un barro fresco donde crecen tréboles de cuatro hojas de miradas diversas, voz y cincel del
maravilloso paso circular de mi vida por la vida misma.
Hoy la tierra y los cielos me sonríen; hoy efectivamente, cayendo, llega al fondo de mi alma el Sol; hoy, seguro, seré feliz...
Lars Danielsson
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