sábado, 31 de enero de 2015

epílogo de jota

Sobre la palabra escrita.
Hay desenlaces, destinos finales, que resumen y nos trasladan más allá de su significado, metáforas de una realidad de estos tiempos, más bien de todos los tiempos, desde que se nos dio el uso de la razón, si es que alguien nos la dio o no lo hemos trabajado nosotros, que, a poco que nos demos cuenta, nos informan:
Jota ya no está. Si, el árbol fuerte con forma de “J” ese que vivía en su alcorque en una hilera de castaños en la acera de un vecindario, vecino del longilíneo “I” y del imaginario “k” ya no está. De hecho ninguno de los tres está. Al diferente lo han talado, el estirado, ya rígido hace mucho tiempo también y el imaginario sólo existió más allá en mi imaginación. 
Jota no estaba enfermo sólo tenía su centro de gravedad desviado y rompía la alineación de la calle. No suponía ningún peligro para nadie, se llenaba de frondosas hojas en primavera, ni siquiera molestaba su presencia en un sentido estético pues su presencia rompía un paisaje urbano anodino, de una calle anodina, de una parte de una ciudad cualquiera. 
Pero tuvo la osadía de desviar la atención.
Por lo visto se ve que aprovecharon, en unas tareas de mantenimiento rutinarias para sustituir a ambos de una tacada.
Hubo esfuerzos para paliar una sufrida desviación con piedras de apoyo en su base. Hubo abrazos emotivos sentidos al rodear su cuerpo, hubo palabras de ánimo y reconocimiento de sus diferencias cómo respeto a su existencia. Aportaba lo mismo que los demás, sufría quien sabe si por aguantarse o esforzarse en igualarse. O tal vez no sufría y disfrutaba de su  condición  con su morfología rebelde alegrando y calmando el dolor de sus vecinos, esos tan anodinos y formales. Incluso los mundos superiores, así me lo comunicaron, en agradecimiento a un acto sincero de amor le regalaron unos incipientes brotes en su base que lo acompañaron unos meses antes de que alguien decidiese analizar lo inexplicable.
El sistema no permite al diferente mucho tiempo. La sociedad dicta sus normas: En perfecta alineación y bien firmes. Conformando una simetría visual desde el centro de la calle, de tal forma que no se vea alterado el paisaje por lo diferente. La uniformidad, lo homogéneo y la igualdad a ambos lados…
Pero esta historia no es nueva, la selección natural se ha repetido una y otra vez de diferentes maneras y formas, obviando y desechando desde el débil, al diferente  y ya veremos si esta vez, consigue ganar la batalla. Batalla de una guerra, por cierto, que ya dura miles de eones, en la que se debate la orgullosa tolerancia de los que imponen y creen que debe ser y el respeto por la existencia de los que reclaman su derecho a Ser.

domingo, 11 de enero de 2015

sufrir, encantar, recordar, despertar

Sufrimos, sin saberlo, un encantamiento. 

¿Estaremos hechizados mediante cantos? 

El encantamiento nos lleva a no recordar, a no lograr volver a pasar por el corazón, que no por la mente, lo que ya sabíamos, lo que nos permitiría poder  volver en sí. 

Sin memoria (el que recuerda) no hay identidad y sin identidad, difícilmente sabremos quiénes somos.

Encantados como estamos de cantos de sirenas estridentes, hechizados por mentiras que atraen nuestra atención, no logramos despertar y ponernos derechos. 

Por eso soportamos por debajo, aquí abajo, dormidos, aun aparentemente despiertos, el encantamiento de un falso sueño. 

Será que recordar, y se ama con él corazón, nos lleve a despertar, y vueltos en sí despiertos, roto el hechizo, dirigidos, empecemos a recordar…

...que lo único importante es amar.



Sufrir: “Sufferre” soportar  por debajo 
Encantar: “Incantare” lograr un hechizo mediante el canto 
Recordar: “Re” de nuevo “Cordis” corazón. Volver a pasar por el corazón. Volver en sí 
Despertar: “Expergere” dirigir, regir, ponernos derechos



David Lanz. The Enchantment. de su albúm Painting the Sun


jueves, 8 de enero de 2015

la división celular

La división celular, el universo en expansión, Miguel Ángel y su interpretación de la creación humana. Dos dedos apenas unos milímetros separados. Quien se queda y quien parece que se va. 

La individualidad como proceso de separación. La separación esa aparente distancia, ese “Big Bang” que desune lo que en un inicio permanecía indivisible. 

Una obra de arte es una comprensión en pos de una expansión, dice Wagensberg, y la creación en sí misma, es una obra de arte. El arte se intuye sin necesidad de comprender y la ciencia se comprende sin necesidad de intuir.

El amor mío es de madre, el tuyo, y el suyo, son de madres de madres, y de padres. Siempre de vuelta al origen. Es nuestro roce, esa cercanía, aunque hubiese lejanía, distancias de plasmas, de gentes que sin verse se conocen bien.

No temas perder. Sólo una apariencia de una ilusión fallida te aísla, pero no estás sólo. Aunque las células envejezcan, aunque algunas se desorienten crezcan e invadan donde no deben, ya se irán.

No existen distancias porque nunca hubo separación. Sólo el Ser lo sabe.  Aunque te alejes, mi pensamiento te acerca y te acoge. Y tú, que eres un Ser de Luz creado, como todos nosotros, formamos parte de ti.

Los dedos los vemos juntos porque entre nosotros siempre estarán juntos. Y seguiremos conjugando los verbos creer y crear en primera persona en la infinitud de los tiempos, por más que estos se expandan.