lunes, 28 de diciembre de 2020

de bromas plúmbeas

Acaba este intenso año del 2020 y recalco lo experimentado. Lo divido en dos partes: una hasta junio inclusive, otra desde julio hasta hoy. Y finalizo a pocos días de acabar el 2020  con esta reflexión para que se publique a la una de la madrugada y se lea al amanecer seguramente más despiertos o quien sabe si aun somnolientos.

La primera mitad del año marcada de inicio en enero por un propósito personal de difundir a mi manera el sentido de la misma vida desde los infinitos ángulos observables de mi percepción, seguida por un confinamiento pandémico posibilidad para la reflexión personal y más, doloroso revolcón a la humanidad resumido en las olas del escrito “intermezzo”.

La segunda parte del año de presentación, experimentación e incursión consciente, de conocimiento de uno mismo, tras descubrir la herramienta de sistema de Diseño Humano resumida en un “mix” a dos escritos: “portar” y “experiencias que maduran”.

Por último, para acabar el año “de bromas plúmbeas” me deriva al significado de lo que hoy se celebra, en lo que me atañe y siento, o puede que veas tú. La acompaño de una música tan majestuosa como enérgica de Tsabropoulos. El León (otro rey) y el poeta, el versificador de letras. Que un título de un álbum, una música y un intérprete se conjuguen y apoyen un texto sigue siendo algo fascinante a lo que recurro una y otra vez para dar sentido a las palabras.

Amaneceremos hoy día 28 de lleno en este “iocus saturnal” o día de las bromas, siempre pesadas según  te lo tomes, que poco, aunque así nos las vendan, inocentes, paganas y ligeras. El autor hagiográfico escrituró que el tal Rey Herodes decidió sacrificar a todos los menores de dos años para zanjar el problema del nacimiento del niño no encontrado amenazante de su reino. Poca broma con esto.

Sea cierto o no, de la salvajada orden mitificada nos derivan a este terrenal día pagano donde los romanos introducían un haba en el pan, para que el que la encontrase se proclamase temporalmente rey por un día y se dedicase en su imposible reinado a mandar y gastar bromas, entre las chanzas de la plebe, a sus súbditos.

En este día, que también se celebra y venera a los locos, la libertad dionisiaca del espíritu libre nos expondremos como todos los años a una de las muchas especialidades del ser humano; engañar.

He sentido de siempre un rechazo a este día. Un incómodo observar sabiendo de antemano lo que de este juego se espera. Una pulsión advertida en mi interior hiere mi sensibilidad ante la dirección, decorado y actuaciones fingidas que logran confundir al inocente objetivo de las burlas. Nunca me ha gustado, ni poner, ni que se ponga a alguien en evidencia.

¿Me recordarán imposturas sentidas y vividas a mi alrededor?

Más por otro lado me reconozco que en la extravagancia libre de ataduras materiales o místicas accionando al margen de quien no respeta mi singularidad tan alejada de lo idóneo y habitual, que, en las brumas de lo indefinido, siento simpatía por el bufón, el loco bohemio, que entre la ironía y el sarcasmo te dice a la cara riéndose de los demás y de sí mismo lo estúpidos que somos.

Unos van por detrás, otros, por delante a la vista.

Porque de bromas no reveladas, así como de engaños ocultos que rompen el delgado hilo de la cohesión, donde fuésemos, quien sabe, blanco de dioses, o de reyes, súbditos genuflexos o sirvientes desamparados ante los que abusan en su poder, ante tanta desigualdad en nuestro limitado entendimiento advierto, que cómo decía, de bromas poco, que el juego está ya descubierto de antemano y ante tanto dolor y sufrimiento en el ser humano ya no hace maldita gracia que sintamos que, nunca mejor dicho, nos sigan exprimiendo.

Y, aun así, en nuestro inconsciente proceder marcado este día como el de los santos inocentes, nos reiremos por un instante de los demás, que no nosotros de nosotros mismos porque no sepamos.

Prefiero pensar y asumir que, en el espectáculo afuera advertido tan inconexo, y tan poco inocente, de homogenizaciones, intereses particulares, desigualdades obvias, falsas realidades, supervivencia egoísta, naturaleza y recursos desequilibrados, enfrentamientos continuos y posturas inamovibles, formo parte de un diseño, mi diseño, en un escenario de incredulidad generalizado. Mezcla felina de naturaleza poética que decide contar lo que ve y padece, a veces, casi siempre, pulsando estados emocionales donde las alegrías y las tristezas, la belleza y el horror, el amor y el desamor, se suceden, alternan y acompañan.

Y con ello, finalizo, porque me refiero a que en este día se celebra si te descuidas nuestra capacidad asombrosa de confundir, que no confundirnos, que la vida entendida como un juego precisa del arte de este, más no, que cómo moraleja te descubras y reconozcas en tu proceder que fuiste dios todopoderoso o rey sin ser dios, ni rey o bufón de ambos por un instante, o por mil instantes y aceptaste en este escenario proyectado en el que se desarrolla la vida, sin amaneramientos, asumiendo sus reglas, que en la nobleza inocente no haya ingenuidad, sólo a veces, bondad, entusiasmo, divinidad, ganas infinitas de jugar y liberar la fuerza vital de las endorfinas carentes de culpa de la bendita locura.


Álbum: You
Música: The lion and the poet
Artista: Vassilis Tsabropoulos

sábado, 19 de diciembre de 2020

hipótesis indemostrable

"La sabiduría última es como la inocencia primera..."
El Mensaje Reencontrado / versículo 25 / libro 11
 Louis Cattiaux


-∞ /yo soy/ ∞

…, 17, 52, 46, 10, / 25 /, 12, 6, 11, 22,… 

 

Decididamente si sólo encarnamos cuando estamos preparados sólo podemos concluir que es la conciencia la que decide experimentar algo ya previsto y decidido de antemano y experimentar en este plano.

Ante semejante y rotunda afirmación, aunque titubee, ahuyento mis sombras y me lanzo. Ya lo anticipe en saltos.

Yuxtapuesto el cristal de personalidad (aquel en el que creemos que somos lo que pensamos) con el cristal de diseño (cristal de herencia biogenética o inconsciente) a aproximadamente 88 grados o tres meses antes de nacer como postula el Diseño Humano, es la posibilidad de una conciencia auto-reflectante junto a nuestro cuerpo de vida la que viene a la vida a (se supone), en su proceso evolutivo, o de transformación, a aprehender de sí misma: Evolucionar para crecer.

El concepto que creemos saber del libre albedrío podría quedar en tela de juicio por motivo doble a la espera de entender su verdadero significado:

  1. Por no poder (o pueda que sí), escapar a nuestro destino, quien sabe si predicho en otro plano.
  2. Por no convencernos de la inutilidad de dar la autoridad a nuestra mente queriendo controlar todo desde esta y eludir nuestro verdadero destino, cuando lo que se te pide es sólo que disfrutes del viaje programado con antelación atendiendo a tu forma.

Si nuestra existencia fuese un fractal de reencarnaciones donde en base a experiencias llamémosle negativas o suspensas (a juicio de la parte que nos corresponde cómo expresión de la conciencia en su capacidad de evolucionar y aprender de la experiencia), se repitiese curso, sin duda, de la expresión de nuestro específico diseño hecha personalidad mirando hacia atrás, se podría dilucidar en el diseño de tu diseño, cada esos tres meses ad infinitum negativo, un mapa de evolución.

Todas las oportunidades que nos dimos y damos para ser y obviamos. O cómo partiendo de lo simple nos complejizamos en nuestro discurrir y aún no aceptemos si logramos aclararnos.

Pero podría darse el caso también de una rencarnación meritoria escalando posiciones para ¿escapar? de la rueda indiferenciada de ese samsâra/nirvana de la tradición budista y alcanzar la liberación (moksha particular) cumplido el ciclo circular de reencarnaciones permitido, una vez pasado (me atrevo a decir) por todas las cruces de encarnación.

O bien asumir en esa interrogación, que nunca escaparemos del mándala y nos tocará vivir todas las experiencias contenidas según giran las agujas del reloj y pasemos amnésicamente de casilla en casilla para volver a girar, y girar, y girar,... 

Me recuerdo el significado que la palabra evolutio nos deja:acción o efecto de dar vueltas hacia afuera”. Bien es cierto que es una mera hipótesis aventurada en mi incansable comprensión o no, por demostrar estos misterios. Las tasas de latencia venideras quien sabe si procesarán en milisegundos cantidades de datos a favor de esta  tesis.

Recientemente dije en Trilly que me lío (y nunca mejor dicho) a golpe de machete por la espesura plutoniana de mi selva inexplorada abriendo rutas a la búsqueda del dorado y que, no nos engañemos, no puedo huir de mi condición manifestadora y callar mí disfrute. Que, en mi inocencia, desde la añorada sencillez del niño, el retorno al edén con el conocimiento del bien y del mal aprendido sea algo a adquirir de tantas caídas, o ruedas recorridas, sucesivas a conquistar. 

Mi presente, Sol de personalidad en la puerta 25, es la puerta del espíritu del Ser. La puerta de la inocencia, expresión irrefutable universal cósmica orientada, lo consiga o no, al amor universal.

Nisargadatta dijo que el individuo encarnado (yo soy) representa lo total y la totalidad eres tú. Sobra decir, independiente de la puerta de personalidad que portes.

“…en mi mundo hay comunidad, comprensión, amor, calidad real; el individuo es lo total, y la totalidad es el individuo. Todos son uno y el Uno es todos”.

Podríamos seguir especulando en esta hipótesis indemostrable, por concluir, que somos un fractal de otro fractal evolutivo como si de una imagen caleidoscópica se tratase. De cuartos en cuartos marcando las puertas con impecable exactitud, de idéntica significación en el discurrir de la conciencia en el tiempo.

Una yuxtaposición de diseño con una personalidad, esta última, que se transforma al morir en diseño, con identidad en sus puertas y sólo ligerísimas variaciones, para en la siguiente reencarnación yuxtaponerse de nuevo con otro fractal de personalidad, así ad infinitum.

Persiguiendo el elixir de la vida, actuando sobre las fuerzas opuestas del Yin y del Yang para fijar en su discurrir la luz y acercarnos a la sabiduría última que es efectivamente, como afirma Louix Cattiaux, la inocencia primera.


stille grender
Inkarnasjon II - solo piano
Tord Gustavsen

jueves, 10 de diciembre de 2020

Él

Vulnerable, por poder ser herido, dañado, golpeado, ofendido, batido, (o será abatido).

Vulnerable, por no tener tantas válvulas de seguridad permanentes a la presión de otros, sabedor que su mente guarda en su abismo los arcanos de la vida y la consciencia que dosificada escapa con cuentagotas, que exudando lágrimas, movilizan y dan  respuestas que sorprenden a las preguntas de otros.

Vulnerable, por otras presiones, las personales, de perfección, de propósitos, de trascendencia, de acabar lo que no le agrada antes de tiempo, por sentir falsamente, que no es importante, o es menos importante, o no existe, ni es, por desestresar lo exultante desde las batidas del placer que le tranquilizan tan sólo un instante.

Vulnerable, tan inerme por querer convencer, seducir, al mundo de su seguridad, cuando en su inseguridad, la pineal de sus balas de fogueo, activada, se convierte por momentos en melatoninas inalcanzables, fuerza y seguridad, juego, de lo que está vedado conocer.

Vulnerable, desequilibrado, por aguantar en resiliencia sus miedos, por justificar su proceder, por dar explicaciones no comprendidas, o por no darlas, por aferrarse a lo políticamente correcto, la de los demás que no es, porque no saben ni por asomo que siente, que no tan bueno es para él.

Vulnerable, por querer demostrar su valía, una valía intrínseca interior de lo sensible, de la belleza, de lo delicado, pétalos frágiles de la rosa que se deshacen arrancados en manos de los torpes que perdieron el olfato de lo sublime a su vista.

Vulnerable, por no saber decir basta, por tomar la última copa de siempre al límite de la alegría, de los que controlan silenciosos en la madrugada, falazmente en la esquina de las barras del bar, la debilidad de su proceder.

Vulnerable, por salir del anonimato, el enigma dónde era y se expresa él y al cobijo de las miradas de otros, mostrarse tan sólo como es, y sentir en su impresionabilidad, más silencios, más distancias, aún más incomprensión y la misma vulnerabilidad de siempre.

Inconquistable, consistente, guerrero, enérgico, ―sí, enérgico puro―, por confrontar a sus sistemas, órganos y capacidades, heridas, la verdad de su vivir, las cuerdas que vibran de emoción en su garganta, escritas, sinceras, que no suplican a voces, que no buscan, pero que desafiantes desnudan todas sus inseguridades y equivocaciones y se deshacen en amores inalcanzables; por él, por todos, por todo y por El Todo. 

Vulnerable, sí, pero por encima de todo consciente y humano. 

Él.


Michiel Borstlap
The Power of Music Plays Silence and Shadow Whitin


lunes, 30 de noviembre de 2020

astros superpuestos

Hoy lunes, 30 de noviembre de 2020 ya pasado el madrugador eclipse lunar de hace unas horas, me anticipo en unos días al 21 de diciembre a las 18:15 horas locales en España.

El eclipse de hoy ha sido penumbral-parcial con su máximo a las 09:43h. 

El día y hora visible de la conjunción de la duplicidad de Júpiter con Saturno es el objeto de esta entrada. Un evento esperado el mismo día del solsticio por la comunidad científica de astrónomos. Su excepcionalidad al no darse desde la edad media en el año 1226 hace que en estos días, por estar cerca su proximidad, se nos recuerde y sea noticia.

Analizo a mi manera su posible afección desde referencias autodidactas de diseño humano o astrológicas, disciplinas a las que me acerco con interés, respeto y curiosidad, si bien, que quede claro, sin formación específica. Si algo me fascina es dejarme llevar por mi intuición por caminos inhóspitos. Afianzo mi saber abstracto ajeno a la razón de otros. 

Reclamo mi derecho a saber de otra forma. Para eso al igual que aquel que en su pensamiento y razonamiento fundamenten su conocimiento en la lógica, advierto, que por mis derroteros también trato de discernir verdades.

Esta conjunción una vez analizada decido es para mí y mi interpretación intuitiva, alternativa de conceptos, es para vosotros. Después, pasados unos días, meses o años, en el tiempo, valoraré (o se valorará) si fue correcta o dejó mostrar ángulos inobservables a mi atención. 

Para ello una vez más fabulo narraciones imposibles rodeado de increibles sincronicidades, serendipias y experiencias:

La ley (Júpiter) superpuesta al dictamen y sentencia del juez (Saturno) se unen (por así decirlo) en la sala del tribunal junto a otros invitados, en mi caso, con mi Venus de diseño de testigo en espera de dictámenes favorables a sus poderosos intereses arquetípicos. Algo he leído de quienes dominan e interpretan estos misterios, de complementos y equilibrios entre antónimos, entre lo espiritual y lo material.

Personal, interpersonal o a mayores, juntos ambos, habrá resoluciones judiciales.

“El Padre” el astro rey, atento junto a otras fuerzas poderosas de lo que acontece, sereno permanece expectante.

Intuyo que en lo personal aquí en la tierra enraizados, testigos cómo allí en el firmamento saldré indemne, reforzado, libre y afianzado. Del resto, o la deriva económica mundial, aventuro tiempos inciertos y duros.

Hay quien verá en esta situación (por las circunstancias actuales pandémicas) cómo una señal de un posible agravamiento de terceras olas, un pistoletazo de salida (preámbulo de metamorfosis) el fin de una era, un coletazo de lo que se extingue o una analogía de energía crística venidera, antesala de tiempos mejores.

Y hay quien seguirá (la mayoría) indiferente y escéptico al movimiento e influencia de los astros en nuestras vidas, ajeno, afianzado en su ignorante y personal credo pendiente de rutinas diarias, trabajo, compras y cenas venideras deseando acabe el año.

Políticos enfrentados defendiendo sus intereses, intolerantes ante la incertidumbre sacando pecho por la nada, intereses económicos superlativos, un mundo ante la esperanza o la deriva viviendo el prólogo de unas navidades diferentes. Los abrazos y el contacto humano, el roce y el amor, nos recuerdan que tuvieron su momento y hoy son limitados. Que se fue y se es paciente. 

Que siempre que se añora lo que se tuvo y no se aprecia lo suficiente lo que se es y se tiene, en ese egoísmo que ignora al semejante, la vida se cobra un precio. Tranquilizo. Todo es transitorio. En el horizonte se otean vacunas porcentuadas en su eficacia, venideras para la vuelta a la normalidad añorada por tantos.

Personalizo. No es la unión de dos mitades, ni por la conjunción ni por lo que en lo personal me atañe, que no es poco. Mi asombro seguirá intacto. Es la constatación en un presente (el evento) de un diseño, mi diseño, en una superposición de dos plantillas donde los principales agentes programadores se hacen compañía en sus puertas. La alianza de energías para hacerse visible dejando mensajes de experiencias compartidas.

Me centro en la superposición asombrosa de un momento tan mágico en mi insignificante existencia:

De un lado este presente localizado, de acceso consciente, el instante con que trabajar, una identificación personal que "conozco" por ser “yo”, una observación parcial de mi y de el entorno. Parte a lo que me supedito y soy. Lo que deba de rendirse a su estrategia (mi estrategia) y su autoridad (mi autoridad)  según postula el diseño humano: 

La realidad del día, de este día, una foto fija de todos mis días, escrito y dicho durante más de una década. Mi diseño inconsciente hecho consciente personificado y real.

De otro lado, mi herencia, mi linaje, mi plano programado genético y mi naturaleza inconsciente. Lo que sale de mí y sorprende. El que tiene el verdadero control de mi vida y posiblemente lo intuya y sepa. Quien me acompaña y se funde con mi personalidad:

Mi guía, mi conciencia justa, escrito y dicho durante más de una década. Mi diseño de siempre. Mi Ser.

Ambas superpuestas. La vida sea programada, casual o causal me deja soles, tierras y lunas idénticas para ese día y esa hora. Una superposición de mi plano de diseño genético subconsciente con la realidad solemne de ese momento de asombrosa precisión. Cómo diciendo hoy, en este instante, te superpones a lo que pasa igual que esta admirable y luminosa conjunción planetaria. Y además lo hago con la fuerza impulsora de los tránsitos electromagnéticos generados de mis mil caminos para que otros, quienes quieran mirar, vean tu naturaleza interna visible en estas lunas de lunes y concentrado en los detalles, tu jerarquía y autoridad se direccionen a futuro.

Hoy y el próximo 21, te verán más y verás. El receptáculo se llena de cruces cruzadas de amor, de inicios y mutaciones, de compromisos con ser uno mismo y la conjunción alumbra tanto o más que las luminarias cercanas que recuerdan esencias verdaderas y desafíos difíciles por misiones a recordar. Otros aspectos no menores acompañarán y reforzarán mensajes de esperanza, de verdadero despertar en un mundo ciego a su individualidad específica y a su verdadera evolución, tan homogeneizado, sumiso e inducido a su suerte.

Tú te liberas, potencias y empujas, y el mundo, sin amor, si no despierta, cabe la duda si se sentenciará así mismo. 

Me quedo, para finalizar, con este mensaje presente a futuro, de recuerdos de puentes de comunicación de lágrimas de neutrinos de la Mente superior: 

"la Mente Universal, o cómo lo quieras y sientas llamar, expresaron que algún día cuando logremos fusionar (unificar) nuestra naturaleza perceptiva, sensorial y mental hacia el bien común, viviremos en mundos nuevos, sin duda, mejores que los soñados".

Lo dice la ley y el juez, porque en ese preciso instante de la conjunción, siendo en parte "yo", saborearé la experiencia de lo que acontezca y con el tiempo te diré que sentí. Y esperaré sereno que la resolución favorable de la sentencia confirme mi inocencia.


*Astros superpuestos: 
Sol 10.3 con  Sol 10.3; Tierra ↑15.3 con Tierra ↑15.3; Luna 36.6 con Luna 36.6

*Conexión electromagnética:  
Luna 36.6 con Luna 35.1


Autor: Armando Manzanero
Canción: el ciego
Interpretes: Charlie Haden & Gonzalo Rubalcaba


martes, 24 de noviembre de 2020

trilly

"Hay que realizar lo posible para alcanzar lo imposible"
Simone Weil


Procuré, y seguramente aun lo pretenda, iniciar sesiones. Cómo en Windows o en Youtube, Word o tantos programas informáticos de los que usamos a diario. Adentrarme por exploraciones inéditas fiel a convicciones personales. Este es el día.

Los pueblos tan terrenales (me fijo en la villa de marzo) en mapas en "maps", se perpetúan y modifican espacios despacio en el tiempo. Algunos, cómo este, Marchena, parecen soles radiados, venas, modelando en un zoom vertiginoso sus caminos nucleares.

Que de lo desconocido poco se sabe lo afirmo seguro. Que lo que se conozca por nuevo sea correcto, vete tú a saber. Y del Ser, tan hermoso, para que hablar si pocos saben e indagan o sienten que es.

Admitir un saber individual limitado centrado que acerque a significados correctos, aún desconocidos, asevero con honestidad es lo importante. Verás alguien tiene que hacerlo.

En cierto modo me siento un emprendedor a golpe de machete, intrépido aventurero descubridor abriéndose camino por vegetaciones frondosas en busca de "el dorado". Un dorado bien diferente.

En la profunda tranquilidad del bosque, en un claro bien acompañado, allí, seguro estará. Se respirará la paz y el silencio de majestuosos palisandros, caobas y tajibos centenarios, que dejen pasar diagonales centelladas, afiladas de luz, rodeados de naturaleza vírgen. Allí me esperan los rayos gualdos. Eso lo sé.

¿Habrá justicia? Afirmo, si, allí me darán explicaciones: Las que exigí y no tuve aquí porque algunos de aquí, ni sabían ni pudieron dármelas.

Esto es todo lo que pido, escuchar sonidos apolíneos que acompañen. Si puede ser de las campanillas del bosque, hadas que tranquilicen mis impulsos, percibiendo sentires sensibles que apacigüen y transformen mi búsqueda insondable en la espesura, en saber. 

Trilly

álbum: This is the day
grupo: Giovanni Guidi Trio
canción: Trilly (campanilla)


martes, 17 de noviembre de 2020

al compás de rangos humanos

“Se custodia, salvaguardan, alimentos que por amor entre iguales de seres queridos se reparte. Un amor cimentado con cuidado y esmero a la vez iluminado nos recuerda una lucha: 

La de la libertad y presencia del Ser”

Construyendo croquetas iluminadas. Diciembre 2018

(A mi abuela y a mi madre (ambas Isabel) y a mi mujer, por hacer las mejores croquetas del mundo)


Aquí estamos ayer y hoy observando todos los ganchos solícitos. Tratando no sé si de contagiarme o de dejarme contagiar y llenar mí cuenco de alimentos aceptando tanta energía transitada de los mundos sutiles. El universo viviendo la vida (el atman encendido) a través de mí. De experimentar que se siente, la dirección del Ser que te pide, en tu centro, aprecies por direcciones correctas, si pudiera, en mi línea (quien sabe si también la tuya) ayudar.

Las configuraciones de ambos días, y creo que en los sucesivos, son propicias. Van a saco sin miramientos como si estuviese informando en medio del ojo del huracán con el micrófono en mano, el mar embravecido y las palmeras combadas. Ayer cuatro de mis seis puertas centrales conexionadas salieron a recibirme, hoy tres fluyendo y otra importante que se dejará para la semana próxima.

Aclaro que lo de contagios no va de virus actuales. Por ayer distingo a mediodía, lunas conectando tierras sublunares y escoltando al Sol presente (entrando electromagnéticamente en carga con la diosa del amor) de tránsito. La tierra mirando a Neptuno y mi Sol de inicio iluminando al planeta rojo queriendo guerrear. Por hoy ligeras variaciones. 

Y el que no lo crea que no lo lea.

Y el Centro de mí de Ser definido como nunca. Al menos por estos días diciendo: ”no hay de qué preocuparse yo te conexiono e ilumino”

O lo experimentas in situ, lo interpretas y te sobrepones, o te alineas y lo dejas pasar, ―me dije. De ti depende. 

Que hay tortura de tanta energía, o cómo bien me recalcaron de usos inadecuados de motricidades y sistemas musculares implicados, pues entiende que esto es así. No hay parto sin dolor, transito sin molestias, o aprendizajes sin experiencias negativas.

¡Espabila!, que esta semana toca esto. 

Me explico:

Ambos días había dormido poco presa de un suplicio a causa del nervio ciático que ni los ibuprofenos paraban por la noche. Me vi ayer, cosa absurda, llenando la bañera de agua caliente a las cuatro de la mañana para aliviar el foco del dolor. 

Por la mañana con un resacón de descansos partidos y sueños perdidos, deambulaba por la casa presa de ensoñaciones difusas, lamentando mi triste situación, contestando unos WhatsApp de un amigo (que me advertía de a qué me enfrentaba en unas horas) con lo primero que me venía a la mente, desvariando pese a sus esfuerzos, a la espera de dar sentido a lo que pasaba y si/o dejaba pasar el día.

Deduje lo primero, dada la situación, que las circunstancias no me lo iban a poner nada fácil. Pero acepté el reto. No dejaría pasar esta ocasión. Este iba a ser el escrito (no apto para no iniciados), más directo de mi Ser.

Se me pedía contribución a mayores, a la humanidad misma (entendámonos), no de dinero, que aquí en mi humilde hogar de eso hay poco, sino de alimento. Pero alimento que empoderase de verdad.

¿Y cuál era mi recurso?

Mi recurso sólo era abrazar, establecidos canales, iluminar nuestra cohesión en esta maya o Ilusión vivida, y que, de mi locura retozada libremente y experimentada, me dejase llevar a algo.

Ayer me llegó la hora de comer con la ciática adormecida que me llevó de cabeza al sofá de la siesta con una sutil amenaza de un nervio, engañado por antiinflamatorios trabajando a destajo, con ganas de pelea. De ahí poco que rascar. Resucité. Intentaban de nuevo motivarme con tres vídeos que corroborasen y me iluminasen en tan conexionado día. Me levanté, no sin esfuerzo, me dejé llevar. Empecé a escribir:

Titulé: "compases y rangos humanos". Ahí lo dejé, había que preparar la cena. 

Hoy, tras una noche menos dolorosa de vientos amainados donde comer más tranquilos, precisé:

"al compás de rangos humanos"

Si el lunes de comida hubo garbanzos del cocido, para hoy el alimento del día (por inevitable) sería, croquetas de la sobrante y sopa de fideos.

Que lo escrito ya estaba escrito, transitado, dicho y experimentado (y no por hoy). Que todo esto estaba vivido, permaneciendo abierto y respondiendo a la vida. Que la dirección de mi Ser me pedía en mi rango de percepción humana, jerarquías máximas de sentidos que custodiasen las llaves, era cierto.

Y abrí con una de ellas la puerta maravillosa de reflexión que encabeza este escrito, ahora si cabe todavía más importante de un saber superior que, aun cerrando en su día otro escrito, no cerrase estos días, que dejase su saber abierto de par en par y arrancase con otra de las llaves, el coche alimentado de energía con el depósito lleno de cabeza a la dirección elegida.

Y cerré el círculo con decisión fijando el centro con la punta y deslizando suavemente el compás:

“La vida, pensó mientras un arrugado clínex se acercaba a su rostro, no es más que un viaje de aprendizaje“.

salió a recibirle. Diciembre 2014


álbum: All Melody
título: Human Range
artista: Nils Frahm


El rango es la diferencia entre dos valores ordenados. Uno máximo y otro mínimo. Un valor también.

El infinito (valor máximo) es indeterminado. El menos infinito (valor mínimo) es indeterminado. Luego en su diferencia se cumple que:

∞ - ∞ = indeterminado

El compás es un instrumento que sirve para trazar círculos o arcos y también para tomar distancias. Para acotar un rango que esté delimitado.

En “Al compás de rangos humanos”, esa delimitación es una distancia con un valor diferenciado.

Un humano que en su diferencia muestra la expresión del Ser, de su ser, la Consciencia misma, acotada a sí misma en su indeterminación infinita para hacerse consciente en este plano a través de uno.

La vulnerabilidad de un humano expuesto a una indefinición, a un infinito de máximo potencial que en definitiva tan sólo por ser, se manifiesta en otro rango, tan inabarcable como definido, paradojas, en su propio y único valor.



viernes, 6 de noviembre de 2020

experiencias que maduran

“Necesitáis sólo poner la Luz en curso circular; éste es el secreto más alto y prodigioso. La Luz es fácil de mover, pero difícil de fijar”

El Secreto de la Flor de Oro

 

Cuando lo desarrollado como concepto alcanza un punto esperado en el tiempo hablamos de maduración. La fruta está madura, dulce y apetecible, contiene más fructosa, por tanto, nos proporciona más energía en forma de hidratos de carbono, y lo notamos porque, entre otras cosas (aspecto, color o textura), se separa con facilidad de su planta y resulta en su mejor momento apta para consumir.

Se madura de muchas formas. Me intereso por aquellas maneras en las que esta, se alcanza a través de la experiencia en el recorrido de su tiempo particular: Alcanzar puntos exactos de cocción, saber finalizar de forma adecuada actividades creativas, concluir informes y trabajos bien realizados, comercializar objetos tras procesos de calidad en su industrialización, recolectar en tiempo las cosechas, por poner unos ejemplos, convierten sus desarrollos en experiencias, información útil, que aprendemos de ella y se muestra correcta a los demás.

La vida avanza y evoluciona. Aun así, asistimos a tiempos de incertidumbre y caos, de desinformación constante que nos hace recolectar las frutas antes de madurar, consumirlas pasadas o refrigeradas en cámaras a la espera de exponerse, adquirirlas y cabrearnos, por lo general, de lo aparentes e insípidas que están.

las actitudes de una persona a través del tiempo, pareciera que obedezcan a caprichosos estados energéticos que discurren en paralelo por canales ocultos sin ser advertidos. A veces la energía se canaliza de forma adecuada y otras, las más, es desaprovechada por nosotros. 

En cualquier caso, por transformada, como bien sabemos la energía por definición, ni la creamos ni la destruimos, tan sólo se nos define al alcance de querer aprovecharla o dejarla pasar. Ser consciente de ello sólo es la resultante, si la conocemos bien en nuestra individualidad, de saber aprovechar su tránsito energético en sus cursos circulares.

Un día nos sentimos con inusitada fuerza y capacidad de iniciar actividades que articulen y descerrajen las puertas encadenadas que nos aprisionan¹, dispuestos a luchar, obstinadamente encontrando propósitos que nos involucren en el significado de nuestra existencia², a no cejar en proteger nuestros intereses, voluntad férrea de supervivencia en este plano material y volver a preguntarnos si hay algún problema que no sepamos³, a conectarnos por encima del día a día y sentir en  nuestra transitoriedad la unicidad con el universo.

Otros a agradecer sinceros reconocimientos cuando centrados somos capaces de entendernos, a aceptar aun inexplicables las serendipias de la vida, claves,  que nos muestran nuestras heridas abiertas a sanar que alivien nuestras almas, identificando emociones liberadas atendiendo a nuestra espiritualidad y sentir correcto, y otras ofuscados en discusiones con quien nos interrelacionamos, reconocerlas por incorrectas y perdonar.

En definitiva,  a acoger lo que nos llega sin buscarlo dejando que te encuentre a ti, si tras una simple invitación somos capaces de aperturamos¹⁰, y por supuesto:

A aprender de la experiencia que por su cercanía en el tiempo, si es centrada, dominada por una razón que aun inexplicable se nos muestre madura, esté en su punto esperado, y por ello, desde la ventanilla del tren de la vida lo disfrutemos, reflexionemos y le demos en su forma deseable un apetecible mordisco a compartir, mientras contemplamos el paisaje que a nuestros ojos admirados se nos despliega y, al menos a mí, me invite a fijar su circular curso de luz¹¹ a través de lo que escribo, en espera de iniciar nuevos, permanentes y asombrosos ciclos vertidos.


  1. engranajes engrasados”. Canal de la Iniciación. 51.6 (marte) con 25.1 (sol)
  2. “saltos”.  Canal de la Lucha. 28.3 (luna) con  38.5 (marte)
  3. exprimiendo jugos”. Canal del Dinero. 45.3 (luna) con 21.1 (jupiter)
  4. i stand at your gate”. Canal de la Iniciación. 51.1 (luna) con 25.1 (sol)
  5. portar”. Canal de la Transformación. 32.2↓ (sol) con 54.6 (mercurio)
  6. 24/10/2020 13:30. “WhatsApp encuentro de luz”.  Canal de Síntesis.
  7. 25/10/2020. 22:00. Estreno en tv. “la veneno”. Canal de liberar emociones.
  8. 26/10/2020. 10:00. Discusión familiar. Canal de la Comunidad.
  9. antídotos”. Canal de la Iniciación51.2↑ (marte) con 25.1 (sol)
  10. Invitación de LinkedIn. Canal de Apertura.
  11. “experiencias maduradas”. Canal de Maduración. 53.4↑ (luna) con 42.4 (júpiter)



Artista: Tomatito / Canción: alquimia


jueves, 29 de octubre de 2020

antídotos

“Yo nací en el 1964 a las doce de la noche en el mismo día de San José. En  ese mismo día le estaban cantando a mi madre una serenata”

Así acaba la serie “La Veneno” de Javier Ambrossi y Javier Calvo. La grabadora de voz de Valeria Vegas, la autora de sus memorias, registra su voz sonando de fondo, mientras se muestran los rótulos de despedida.

Ayer en apenas cuatro días terminé de ver la serie.

Dura, explícita, sexual, incorrecta, violenta en lo verbal y en lo físico, conmovedora, en carne viva, divertida. No apta para personas pusilánimes. Si, para personas, inteligentes, comprensivas, resilientes, aperturadas, tiernas, sin complejos, capaces de ver y captar la belleza en la miseria, en lo sórdido, tras lo aparente. Capaces de tender manos.

Miseria de una sociedad hipócrita, inculta, avasalladora en su moral y ética, hipnotizados todos por el dios dinero, capaces de cualquier cosa y de utilizar a las personas para usar y tirar, cómo si la única vía de supervivencia en este plano terrenal, búsqueda de la felicidad, fuese una voluntad inquebrantable en conseguirlo. Faltos de comprensión ante el necesitado, el diferente, de entender lo que es la identidad de género, la inocencia, de pedir perdón, de no juzgar.

Faltos de entender que la dependencia, la sensibilidad y las emociones personales no son debilidades. Faltos de humildad. Y también faltos de entender en su máxima expresión el significado de la palabra amor, la llamada de auxilio de una protagonista que lo buscó toda su vida, se perdió y a pesar de ello, supo ser ella misma a su manera.

No hay más preguntas ni respuestas, señoría.

Sólo, para algunos, serenatas de amor a la luz de la Luna, luminaria reflejo tamizado en la noche de un Sol, que calienta por el día y trata de no cegarnos y traernos mensajes de luz y de esperanza. Antídotos.

Que el que quiera entender, entienda.

jueves, 15 de octubre de 2020

portar

Portar una definición energética como algo invariable, fijo, (en el sentido que no se mueve porque está ahí) por continua y constante, la transitoriedad, (lo que si se mueve) es en apariencia una paradoja, una contrariedad. Pero esta peculiaridad privativa y propia en lo individual en una persona es posible.

Yo lo porto.

Se puede portar algo invariable y a la vez transitorio y no saberlo. Se puede portar y sin saberlo, haberlo intuido y dicho durante años. Y se puede portar y una vez sabido, corroborarlo, manifestarlo e informar.

En el primer caso por no saberlo puede producir sufrimiento, falso sufrimiento guardado en la autocomplacencia que lame heridas propias, demasiadas veces en la ignorancia produciendo desequilibrios.

En el segundo caso por intuido de producir consuelo cuando sacrificas ese sufrimiento y aceptas que nada es permanente y compartes, cuando eres capaz en el tiempo y de forma constante de contar de forma sincera, los mil caminos de “tu propia historia”

En el tercer caso cuando corroboras lo portado por conocer tu diseño (cuando lo sabes con certeza) que la vida te enseña que las experiencias transitorias van y vienen y aun emocionales, ponen a prueba e inician, inclusive todo lo que se acepta por prudente, y confrontan a tantos modelos limitados de lo que entendemos por racional y generas por ello un conocimiento propio, timbre o sello que trasciende los envites y sufrimientos y produces tu propia paz.

Y la paz tiene que ver con equilibrios.

Todo cuerpo posee un punto de aplicación de la resultante de todas las fuerzas gravitatorias parciales. Se llama Centro de Gravedad. Si la vida la percibes emocionalmente y aprendes a no caerte o a levantarte y redirigirte, cuando ocurre, conocerlo es fundamental pues determina cómo siendo consciente de ese centro permaneces equilibrado.

Nada existe más transitorio que el influjo de la Luna. “Crear la Luna en uno mismo” entendiendo que la luna con sus atributos, en su recorrido, equilibra la vida orgánica (mareas, agricultura, fecundidad, crecimiento, etc.) precisa como dice Ouspensky de crear un centro permanente de gravedad que precisamente prescinda, por formado, de esa Luna, de su creación, y nos permita trabajar y volvernos uno sólo unificando nuestros "yoes". La imaginación, las emociones negativas y la obstinación, afirma, se nos presentan batallando a diario alejándonos del compromiso auténtico en nuestro trabajo con el Ser.

Lo que yo entiendo que porto es una corriente fija y segura, singular en mi caso por única, que te recuerda la variabilidad y los cambios que lo cíclico en tan sólo un período de veintiocho días lunar nos influye y en su transitoriedad, al vaivén de las olas emocionales por las que transitamos, me recuerda que:

Esa Luna portada en mi es el reflejo solar que ilumina su centro de gravedad “G” . Un centro de gravedad “G” que existe en todos nosotros y que se llama amor. Y que nos provee del equilibrio necesario, específicamente en mi caso aun indefinido, de un elevado sentido del amor, que cohesiona lo cósmico, lo transpersonal e individual, anhelo por entenderlo así, que según Lynda Bunnell, en su explicación de la "cruz de ángulo derecho del receptáculo del amor", es vía de supervivencia del ser humano y que indudablemente necesitamos en nuestra evolución y que nos permite, ha permitido y permitirá la reproducción y continuidad de nuestra especie.

Y portar algo así y ser consciente de ello dentro de la homogenización que la vida pretende, es una inmensa fortuna a compartir donde al aceptar la transitoriedad de lo que acontece a diario y atender a ese enorme desafío presente, se da sentido coherente a la experiencia de lo que es sentirse vivo, vivir y amar.

Hablar de lo portado, conocimiento de uno mismo,  en los tiempos actuales precisa de extrapolar una certeza propia para reconducir sin ser pretencioso o sobrepasar mi función engranada a un todo superior, aportando algo de mi particular experiencia.

Todos portamos en nuestra individualidad una increíble y única especificidad. Y conocer que portas y tratar desde una acción volitiva donde poner foco, en que cambiar, para actuar correctamente,  una deseable obligación.

Ser consciente de la transitoriedad de lo que nos acontece (pongo el ejemplo tan vírico de esta segunda ola tras el intermezzo de la primera, como vírica es nuestra imaginación, emociones negativas y obstinación) desnuda tanta soberbia e ineptitud camuflada en egos que ignoran a tu ser, yerran, se equivocan y no lo reconocen. Disfunción de lo que creemos cierto por uniforme. Aceptar la heurística cómo método de conocimiento conlleva la veracidad de lo probado desde la humildad.

Recordar la formación global de un centro G cohesionado en cada uno de nosotros, que por portado, es la vía de supervivencia del ser humano y necesitamos en nuestra evolución y permite la reproducción y continuidad de nuestra especie, redunda en definitiva el que sepamos, simbólicamente, descubrir nuestros propios "Centros de Gravedad" creando “la Luna en nosotros mismos” a través del sentido del amor en su máxima expresión.

Por ahí aseguro que iremos bien, porque las olas emocionales que nos zarandean van y vienen e incluso hay muchos días tranquilos donde la mar permanece en calma y todo, bien reflexionado, se ve diferente y ya nadie ni nada nos puede retener para saber cómo vivir, que es amar.


carta rave 
dave

 

viernes, 2 de octubre de 2020

I stand at your gate

Retomo lo que sigue a continuación: Este escrito. Se había detenido hace unos días. Se inició en verano, pero no se cerró. Seguía su propio orden. Un orden acompasado que ahora comprendía y que reclamaba su entendimiento. 

Ya reposado, cambio los tiempos verbales y me dejó ir.

Veo la mesa de cristal apoyada en dos borriquetas de madera. Espera fija. Tan fija como la descripción de su entorno: El flexo modelo “Tolomeo” está encendido e ilumina su superficie. La mesa se ubica casi a norte. Un ordenador se ha iniciado. A la derecha hay una librería en madera de teka con un aparato de música. Hago un inciso, suena de fondo "La Voz". Interpreta “Moonlight Serenade”. A la izquierda una cómoda y un poco más arriba el baño. Delante tras la pared un vestidor, detrás la cama y al fondo una ventana. Las paredes lisas y blancas. El suelo de tarima de madera. Y en el techo un ventilador que hace nada aliviaba las tardes calurosas de verano:

Mi habitación.

Hoy llueve, hace viento y la temperatura ha descendido. Me siento, sigo escribiendo, paso de ser observador, de describir mi entorno, a observar el ritmo de la vida. Será que es dos de octubre y la luna llena en apogeo de ayer iluminada, dando respuestas, me permiten un paréntesis de creación. Lo aprovecho y doy forma.

Anoche forjé la idea y tras un sueño, de madrugada cerrada, desperté envuelto en él. Por familiares los caminos a baño y cocina no encendí las luces. Es terreno conocido y sabes cómo orientarte y no perturbar el descanso de con quien convives. No significa que no puedas tropezar, hacer ruido. Tanteas, pruebas si alguna puerta permanece cerrada, o si perdido el norte te desorientas brevemente y yerras tu camino. Basta palpar algún mueble o entrada para redirigido llegar a destinos silenciosos que no molesten a nadie.

De día creemos verlo todo, el Sol apaga flexos si el día es luminoso y otras veces las lámparas se encienden en días cerrados de nubes amenazantes grises y compactas. Hay días que corres a ninguna parte y hay días tranquilos de serenatas límpidas ocultas por nubes que no impiden ver con claridad.

La luna recorre las horas de cada día transitando por nosotros, llamando, pulsando timbres, y a veces con el nudillo, golpeando las puertas de nuestras habitaciones.

I stand at your gate” canta Sinatra. 

Aproximadamente algo más de un cuarto de millón de seres humanos nacen en un día cualquiera de los 365 días del año.  En tan sólo un día, unas horas, con mínimas diferencias la vida despliega su mágica y universal manera de pulsar ritmos, de hacernos diferentes, tan distintos, tan iguales, unos de otros. Su flujo iniciado es tan continuo como el mío o el vuestro cuando lo sentimos de verdad.

Nuestros tiempos, movimientos marcados, como la vida misma en su periodicidad marcan los suyos. La humanidad trata de amoldarse a ellos. Paradas, pausas, prisas, y pisadas firmes, objetivos que nos marcamos y objetivos que no alcanzamos. Y un único objetivo por verdadero:

Ser tú.

Hoy estoy con mi puerta, en este instante y ahora te incluyo y te hago vivible para que fluyas, para que cumplas la alegría de este propósito. Me lo dicen mis lunas en una serenata en un día cubierto, pero enormemente claro. Tan claro y sereno como una serenata de amor. Mañana, o quizás tan sólo dentro de unas pocas horas, el ritmo mágico de la vida traerá y referenciará otras experiencias, vivencias, y aun en el mismo día, el día será otro día.


Música: Glen Miller. 
Letra: Mitchell Parish
Cantante: Frank Sinatra 
Canción: Moonlight Serenade



jueves, 10 de septiembre de 2020

exprimiendo jugos

El valle era atravesado perpendicularmente por la N-502. Una arteria que comunicaba algunos de los pueblos de la comarca. Carretera poco transitada en su descenso a una planicie moldeada de encinas, olivos y campos amarillos, los pastizales (era verano) definían un paisaje muy familiar.

Su modificación natural lo conocía bien y obedecía a patrones invariables de comportamientos repetidos en el tiempo; En Otoño, es la paz y la tranquilidad lo que el paisaje transmite a ambos lados de la carretera, e intuyes que los animales inician sus ciclos de reproducción. En invierno, las brumas y nieblas se despejan tardíamente y a mediodía colman de reflejos brillantes y humedad el valle. En primavera, los pastizales cambian a verde y la ganadería diseminada pasta plácidamente entre olores a naturaleza en explosión.

Si los pueblos permanecen más o menos inalterables, o al menos concentrados en su crecimiento, los desguaces de coches a las afueras, cómo queriendo zafarse de su destino, avergonzados cómo excrementos impúdicos, perturban la modificación del paisaje y quietud de la naturaleza conocida. Los cementerios de chatarra, ordenadas en dos alturas, despojadas de su identidad (sus matrículas), sin sepultura, progresan con capacidad, o más bien amenaza, de piezas desguazadas recicladas de exprimirse más allá de sus vidas y volver enganchadas a otros coches.

Fue en Barcelona en una boda de un compañero hace cinco lustros. Decidimos regalarle entre varias cosas el famoso exprimidor de cítricos de Philip Stark. Un artefacto de tres patas no se sabe muy bien si tipo calamar extraterrestre o arácnido con abdomen estriado, adecuado de regalar a la pareja (ambos arquitectos) que estas cosas nos ponen y aciertas seguro.

Posiblemente el exprimidor sea uno de los diseños industriales más famosos. Funcionalmente imposible, criticado por dejar caer las semillas en el vaso que se posiciona debajo, escultóricamente impecable por la plasticidad de sus formas se concibió en un restaurante en una servilleta (expuesta en el MoMa de New York) mientras su autor comía calamares y exprimía tanto sus neuronas, cómo un limón con su mano.

El aspecto, forma, funcionalidad, utilidad y durabilidad, entre otros, cómo creaciones ideadas desde la imaginación nacen prefiguradas en la mente del creador persiguiendo la solución a algún problema concreto. Lo llamamos diseño y su contexto varía y abarca innumerables disciplinas. Se diseñan carreteras y coches, exprimidores inútiles y mil cosas más, para un fin específico que se establece de antemano y trata de hacernos, se supone, la vida más fácil.

Que la creatividad es un constructo lo sabe la psicología. Que los humanos (nosotros) fuésemos un constructo (máquina biológica) ideado por una mente o mentes superiores o  nosotros mismos, respondiendo desde un determinado aspecto o forma, de forma idéntica a la definición de diseño, a una funcionalidad, utilidad y durabilidad persiguiéndose soluciones a problemas concretos, de forma organizada (lo que se denomina sistema) no deja de ser una posibilidad, mecanicista, pero una posibilidad.

Posibilidad real sólo si además entiendes de ti, lo fundamental que es que significa portar en lo más dentro tu Ser: Tu molde original, a qué propósito obedecemos, y porqué será que no nos quede claro si en nuestra evolución perseguimos algún fin. Si aun causando, expresándonos, empujando a otros o tan sólo impactando, exprimimos al máximo los jugos de la vida o desde nuestras vidas, porque nos exprimen, alimentamos a otros o a algo.

No sé tú, yo respondo a una representación de mí, donde también me exprimo, no siempre con la consistencia de lo que muchos creen que es la verdadera realidad, pero si en muchos aspectos, cuando me aclaro, con la convicción de que desde mi imaginación, mi ilusión o mi subjetiva realidad sensible, pero sobre todo desde lo que experimento, puedo además de amar la vida, a la humanidad, a mi cuerpo y a mi propio comportamiento, disponerme a iniciar y también aventurarme a abrazar tanto a bellos exprimidores imposibles de usar que nos alimentan de otros modos, cómo a preguntarme porque no sepultamos con dignidad, sin alterar la naturaleza, a los vehículos que nos llevaron por los valles de la vida y que desbordados en diseños obsoletos, aun reusando sus piezas, no sabemos bien cómo ocultarlos y qué hacer con ellos.

Aunque la pregunta que hay que hacerse es:

¿Qué problema hay, que no sabemos, que precisa de nuestro específico diseño en nuestra existencia?

domingo, 23 de agosto de 2020

saltos


“Conocerse a sí mismo es reconocerse, encontrar en el complejo buceo de la intimidad elementos que indiquen el sustrato coherente que articula cada personalidad”
Emilio Lledó

La ducha, previa por obligada. Luego de pisadas poco decididas y un fugaz cambio de proceder (aún sin saber porqué) en un instante su presente―, el escarmiento. Al tirarse de cabeza, zambullirse en el agua, otra experiencia negativa, psicología de aprendizajes. Era verano y una vez más de su presente extraería sustratos coherentes, reflexivos, dichos e informados.

Recordó nadar en el líquido amniótico su pasado y aun habiéndose roto las aguas divisar tenuemente una luz en el exterior, dirección de pasos a seguir. Otro instante en el que, todavía indefinido (aun faltaría una hora, tan sólo una hora), vendría a la vida para manifestarse.

De lo que viniese ―su futuro― lo dejaría para más adelante.

Pero me remonto más atrás, fabulo imaginando conversaciones previas de gotas infinitas, de un mar en el Pléroma, en la inmensidad, a la espera temblorosa de turnos entrenados en el trampolín de cabeza a la vida:

―¿Me separaré de la plenitud y no recordaré?
―Sí, así es, así está diseñado. Ajustaremos tu potencial con precisión. Tu asignación y misión serán idénticas a la de todos: “recuperar la memoria”, ―tu tarea, similar: “recordar tu entrenamiento”. ―tu profesión, bien entendida (y no hablo de remuneraciones económicas que ya sabrás de eso), igual a la de todos: "convertirte en una inspiración". Haciendo llegar información veraz de tu entorno a través de ti, de tu presencia, de tus actos y tus palabras como mejor sepas y puedas.
Padre, es mucha responsabilidad... tengo miedo…
Así lo hacemos todos cuando nos separamos e introducimos en el dédalo de la vida. Pero aprenderás a dominarlo. Separarse siempre produce dolor, y aprender a reconocer tus miedos significará en vida, tu mayor acto de valentía.

saltó. Y se sumergió. Y sólo después de muchos años intuyó, cuando después de contener la respiración. inhaló a pleno pulmón el oxígeno de la vida en la superficie, que tal vez algo de verdad hubiese en sus recuerdos.

No hay cambios bruscos sólo transiciones de estados. De la noche más profunda, al primer rayo amanecido, de la plenitud de cortar lo umbilical ―lo que nos unía― a la radiante luz que nos acoge, la variabilidad de potenciales, formas únicas de expresarse la conciencia.

Supongo, que de estar influenciado por todo a definir una estrategia de olas emocionales que desde su garganta y mente, reflejara su experiencia con inusitada energía, era ese paso previo necesario para expresar en su contrato lo acordado.

Y lo acordado, por recordado, se volcaba en lo indefinido de su Centro del Ser, donde la dirección y el amor esperaban, reconocimiento de futuros que por realizado lo pactado, hubiesen aportado y devuelto su gota, al océano de la vida eterna cumplida la misión. 

La análoga misión de todos.

Lo del escarmiento, ese castigo que enseña, fue relativo. Aunque sintió un estiramiento en su gemelo destensó su sóleo, maltrecho desde hacía unas semanas, que doblaba con dificultad su rodilla. Podría haberlo anticipado, haberlo previsto, haber dominado su impulso, su dolor, su posterior ira, actuado con prudencia, haber ido antes al fisio...

Podría haber actuado de tantas formas, tan acertadas cómo desacertadas….pero su salto fue al vacío, con la esperanza de hacer salir del laberinto de la inconsciencia, articulando desde su experiencia, informando, tanto a si mismo, cómo al menos a tan sólo cuatro gatos que lo leyeran.



Michiel Borstlap
Álbum: Reflective
Canción: Reflective