martes, 13 de diciembre de 2011

como en la era axial

En el 2009 recomendé un libro. El libro al que me refiero es  "Cosmos y Psique", de Richard Tarnas. Libro tan alabado como vilipendiado, cosas que pasan cuando se habla desde el conocimiento astrológico. Tarnas dice que siente fascinación por la que denomina era Axial (siglos VI y V) ADC, en la que hubo  una eclosión de la humanidad representado en  personas como Sócrates, Buda, Confucio, Pitágoras, Laot Tse, Zoroastro, con el nacimiento del jainismo indio y los profetas hebreos. En aquel momento y esto no se volverá a repetir hasta dentro de bastantes años Urano, Neptuno y Plutón estaban alineados. Los otros dos grandes momentos (el final de la Antigüedad Clásica, y el comienzo de La era moderna) tienen también como protagonistas a Urano y Plutón, y ahora esta situación se vuelve a repetir.
Menciona Tarnas que cuando dos de los tres planetas  se alinean, la conciencia se revoluciona, ó más bien surge con ímpetu y fuerza una revolución de la conciencia, pues son épocas de cambio, de innovaciones creativas y culturales.
La gran paradoja actual de estos tiempos, desde el convencimiento casi unánime de vivir tiempos de tensión, de lucha, de revolución,  es la de ser conscientes de que aún disponiendo la humanidad de recursos sin precedentes para abordar los  problemas de verdad (desigualdad, hambre, injusticia, etc.), al mismo tiempo  se intuye, como fin de ciclo en el que estamos, que en un nivel más profundo pareciera que alguna fuerza invisible paralizase  e impidiese avanzar. Algo así como que nos tienen que sacudir literalmente más. Yo lo llamaría la crisis del miedo a ser consciente, a ser tu mismo a descubrir tu verdadero propósito. Porque sin duda alguna si eres consciente de las injusticias, de las desigualdades, de las mentiras, de los engaños, de tus autoengaños y no lo denuncias, no lo gritas a viva voz, de algún modo eres  inconsciente en lo que respecta a tu comportamiento, y esto no es un principio de armonía.
Martin Luther King dijo: “Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”
Los que pudieron decir algo y callaron. Esa parálisis que te lleva a mirar a otro lado. Occidente mirando a otro lado. Oriente mirando a Occidente. Los países en vías de desarrollo queriendo mirar a Occidente. Todos mirando a Occidente ¡Hay si supieran cuan falaz son los valores y forma de ver la vida de Occidente, tan basados en la tecnocracia, bien aliada con el capital!
De algún modo desde la astrología arquetipal (así la llama Tarnas) se pueden intuir nuevos paradigmas llamando a la puerta, sugiriendo que podemos reunir, lejos de separaciones recientes porqué no, a la ciencia, a la religión, al intelecto y alma, a la razón moderna y a la sabiduría antigua. Eso sí, de momento, no será ciencia racional empírica, la que tanto gusta a los científicos, pero en breve, en estos tiempos de aceleración todo se andará.
Plotino escribió que «las estrellas son como letras» en un mundo «lleno de signos» donde «todo respira en común»,  cita también mencionada en su libro.

adn orígenes

Vayamos hacia atrás desde el ahora, el presente. Parece ser que perdimos la inmortalidad. Aterrizamos, y nos convertimos en caídos. Dejamos de atraer carga.  Se necesitaba, porque esta carga generaba, cuales niños que juegan en cualquier cultura, felicidad, éxtasis. Como se perdió, como olvidamos como tener felicidad, buscamos una adicción un sustituto del aceite de “masaha” (la palabra mesías, proviene de aquí del antiguo hebreo, ungir), de ese aceite de sangre menstrual, que tal Vírgenes Vestales daban a los bebes, para atraer carga, para almacenarla, para que el ADN implosionase y cual viajeros del tiempo navegásemos entre las estrellas.
Esa adicción, no fue otra que ese "polvo monoatómico" de oro, una sagrada comunión, donde los ojos se convertían azules y las enfermedades crónicas desaparecían, ese generador eléctrico, ese maná, esa ostia de trigo en la tradición cristiana, esa chispa química.
Pero esa adicción conllevaba un problema:
¡Te podía costar tu alma!
Lo que ahora nos toca está en corregir el error, aunque más bien pareciera que estemos rehaciendo su error. Poner foco, centrar la atención, dejar escuchar en el cerebro, de entre los miles de pitidos, a nuestros ancestros sintonizando a través del ADN para que este detone y nazca. Porque si existe un verdadero ego (ese campo plásmico con el que nos identificamos) este se ha de basar en el amor, en la compasión, en la capacidad de sentir el dolor fuera de ti como propio, y cuando más atraigamos carga más sentiremos que podemos compartir, de tal modo que nuestra áurea crezca, se haga poderosa y nos conduzca exitosamente navegando a la inmortalidad de donde vinimos...
...Y tal vez... se nos permita, mediante vórtices de carga, atravesar agujeros de gusano...

Nota)
Texto literaturizado de notas tomadas  de la conferencia dada por Dan Winter en Barcelona, sobre los orígenes del ADN humano y su vinculación con los anunnaki y la civilización sumeria.

lunes, 5 de diciembre de 2011

quizás

Quizás Internet abrió "la caja de pandora". Manos inocentes sacando de la chistera de todo, intentos de alcanzar conocimiento. Grandes verdades y otras cosas que quieras ver se entremezclen como en la película de ET, en la que los muñecos de peluche de la cama se confunden con la figura inmóvil del que se camufla entre ellos. Si mirases bien, seguro que alguien cómplice te guiñaría un ojo.

Quizás todavía haya quienes duden si seguir sacando de la chistera más y más pañuelos entrelazados, introducirse a lo Alicia en la madriguera de lo incognoscible, o quizás reposar en la quietud de la mente y reconocer otras realidades.

Quizás la aparición de Internet y el desarrollo de sus aplicaciones sea una llamada a los "egrégores". Los espíritus de grupos andando sueltos, por las redes sociales de los blogs, por los Facebook, Tuenti, Twitter, e-mails, aglutinando almas casi con un único deseo de contacto de oír, oírse y ser oídos. ¿Quién los escuchará….?.

Quizás cuando te expresas, si te aferras a lo tradicional los hay que te verán fundamentalista, si las pruebas no son concluyentes escéptico, si no abandonas la religión o te aferras a los rituales, dogmático, descreído o postmoderno, si te inicias en los saberes antiguos sectario, o masónico, o cabalista, si te aferras a cultos, a los gurús, o  a los/as  canalizadores, seguidor de la Nueva Era, si lees, intelectual, incluso puede que si apeles a la sinceridad te vean como un extraterrestre, descendiente de “annunakis”, “pleyadianos”, “sirianos” o “crístico” y divino, a puntito de cruzar el umbral de esta dimensión.

Aunque quizás también te vean crédulo, manejable e impresionable y no lo dudes los hay que se aprovecharán de ti.

Quizás las etiquetas nos sigan acompañando, diseccionando nuestra profunda ignorancia en cajas separadas, pero bien etiquetadas.

Quizás conozcamos a personas peculiares. Recuerdo un comentario hacia una persona que le dijo hace años otra. Le dijo que su problema es que era peculiar. «Es que tú eres peculiar» le dijo etiquetándole. Todo un adjetivo calificativo hacia su persona que lo diferenciaba del resto y que hoy todavía agradece y tomo casi más como un cumplido que como un problema.

Quizás te cueste, pero entreverás otra etiqueta: La marca de la sensibilidad. Reivindicar lo sensible en este mundo a veces tan cruel es una temeridad, y es que la sensibilidad y la sensiblería se confunden en no pocas ocasiones. Pero como dice E. M. Forster, se es aristócrata (sin, entiende él, connotación clasista o de poder) de lo sensible, aristócrata de lo considerado, cómplice de la verdadera tradición humana, que es la del humano que es o trata de mostrarse tan sensible hacia los demás como a lo es de sí mismo. Considerado sin ser artificioso, no ostentoso y con capacidad de resistencia a los mismos que en el ejercicio de sus contradicciones sobreviven día tras día, en la oscuridad, la crueldad, el caos, el poder, quizás en su inconsciencia sin saber su grado de confusión.

Quizás no sepas en qué consiste el coraje, ese difícil equilibrio entre la cobardía y la temeridad. Víctor Frankl sobrevivió a un campo de concentración y escribió un maravilloso libro; «El hombre en busca de sentido» la capacidad humana al límite transcendiendo a las dificultades para descubrir un sentido a esta vida, para entender que está en nuestra condición humana, que se esconde en el interior de ella y no comprendemos. Lo hizo desde una experiencia extrema admirable sin enjuiciar, sacando de dentro su más alta dignidad dejando que aflorase la compasión y el amor, quizás su condición sensible, su etiqueta, su motor interno que le permitió seguir viviendo en aquellas circunstancias. Todo un ejemplo digno de admiración.

Quizás no nos preguntemos por qué nos enfocamos tanto hacia fuera y tampoco hacia dentro.

Pero quizás tu problema sea que todavía no te has perdonado. 



democracia real

En la cultura griega se originó la democracia. Existían polis o ciudad estado, no existían alcaldes ni ayuntamientos. Pericles era un orador. No existía la democracia representativa actual. Todo se dirimía en las asambleas. No se votaban a personas. Los cargos eran por sorteo y en las elecciones  participaban los ciudadanos. Existían jurados públicos y se votaban las decisiones.
Dice Savater en su libro política para Amador: “la democracia se basa en una paradoja que resulta evidente a poco que se reflexione sobre el asunto: todos conocemos a más personas ignorantes y más personas malas que buenas…luego es lógico suponer que la decisión de la mayoría tendrá más de ignorancia y de maldad que de lo contrario. Los enemigos de la democracia insistieron desde el primer momento en que fiarse de muchos es fiarse de los peores. Los grandes filósofos de Atenas, como Sócrates y su discípulo Platón, señalaron con agudeza que la gente no suele tener más que conocimientos -de andar por casa-, basadas en apreciaciones apresuradas de lo cotidiano y en lo que oyen decir a los demás…” Pero como bien dice Savater más adelante los griegos eran valientes ya que preferían hacer disparates elegidos por ellos que disfrutar de aciertos elegidos por otros. Así más o menos surge la democracia.
Según Lacan desde una perspectiva del psicoanálisis, el sujeto humano aprende quién es a partir de lo que otros le dicen. Lacan desarrolla su teoría en “el estadio del espejo” donde el yo se construye, entonces, a partir de una imagen externa, lo cual implica que la identidad nos es dada desde afuera. El yo se precipita a partir de una identificación imaginaria, donde incorporará las palabras que oye, generará su identidad en base a ellas, operando lo simbólico desde lo inconsciente.
Se me viene a la memoria el “crop circle” del 7 de mayo en Hannington. Los conceptos formulados por el filósofo Jacques Lacan anudados en la constitución del sujeto a saber: lo real, lo imaginado, y lo simbólico. Todos ellos imbricados según la forma de un nudo borromeo, (o, nudo Borromi). Articulados entorno al objeto de deseo. En el nudo borromeano, el desanudamiento de cualquiera de los tres, provoca el desanudamiento de los otros dos.
Metaforicamente hablando  el pueblo es como el imaginario colectivo DEMOS, el poder  la CRACIA (krátos, que puede traducirse como «poder» o «gobierno») representado  en lo simbólico  y lo REAL igual al lema  de las movilizaciones, articulados los tres entorno al objeto de deseo que es la política. Y nos viene a decir: 
No existe política (la acción del Estado en beneficio de la sociedad), si el poder, no es real y es del pueblo, por separado no funcionan. El poder no es real si no es del pueblo. El pueblo no tiene poder si este no es real,  donde lo real según Lacan sería justamente aquello que está excluido de la realidad, lo que carece de sentido, la dimensión de lo que no encaja, de lo que no podemos situar, aquello que escapa a la significación, lo que está fuera del orden simbólico representado por el poder, aquello que como pueblo, necesitamos articular para que la sociedad se beneficie. Los tres conceptos imbricados dando orden y sentido a la política. 
A algún que otro político no le ha gustado el adjetivo Real. Prefieren que las reglas del juego excluyan a lo real. Es como ha sido hasta ahora, sistema democrático donde la  política se articula a través del poder del pueblo. Le chirria lo real, en el fondo porque le desnuda, prefiere que el sistema se quede tal y como está, así es la mejor manera de beneficiarse mientras gobierne en el sistema democrático. Yo gano porque el pueblo me vota en mayoría, pero no ahondes en lo real, ya que implícitamente me recuerda lo que no encaja lo que no podemos situar desde la limitación que mi ideología te impone, ya que esta me sirve para marcar las fronteras que me convienen.