domingo, 25 de diciembre de 2016

bondad

Rescato de un escrito y atraigo al presente, reescribo, cual, si su presencia no formase parte del pasado, cómo si su mensaje se apoyase en una atemporalidad, aún pendiente, sin resolver:

Hablo de bondad.

La bondad como la máxima manifestación de la inteligencia, como una inclinación natural que descubramos, porque tenerla la tenemos, para hacer el bien.

Intuyo desde mi idealismo más consciente que el verdadero cambio de la humanidad, y debe de hacerlo sin dejar de amar sea lo que quiera amar, sea a través de una disposición sin vacilaciones hacia la bondad.

La humanidad precisa de infinita bondad. Haciendo el bien cuidándote tú y cuidando a los demás con una disposición permanente, cohesionas y armonizas la realidad y lo haces a través de lo que te puede diferenciar de otros seres cuál es tu inteligencia consciente.

La bondad es ese AMOR con mayúsculas, manifestación infinita de tu máxima inteligencia, armonía y conexión de todo lo que se nos está permitido descubrir.

Sabemos amar de todas las maneras y formas posibles, pero aún no sabemos cómo hacer el bien, como inclinarnos hacia este, ya que ello implica empatía hacia el prójimo, condescendencia y comprensión hacia otros y no lo tenemos y nos cuesta demostrarlo para quien con nosotros no la ejerce.

Si estamos en esta vida desterrados, sin memoria o caídos, no es por no saber amar, sino por no haber aprendido la lección de cómo hacer el bien a nuestros semejantes. 

Esta, y no otra, es la disyuntiva que ya arrastramos desde hace mucho tiempo y sigue presente en este fin de ciclo, y las malas noticias son que aún no sabemos cómo solucionarlo, siquiera porque muchos no lo consideran un problema.

sábado, 17 de diciembre de 2016

disidencia cognitiva

Despierto, en lo individual, entendió que era eso de la "indefensión aprendida", ese concepto desolador que expresa el grado de pasividad y sumisión, la impotencia que lleva al que no viendo salidas a aceptar su estado inhibiéndose ante la adversidad. 


Un mundo de posibilidades inalcanzables. 


¡Menudo oxímoron!


Ese día ya sólo pretendió escapar de sus garras, luchar, defendiéndose para no sucumbir, a contracorriente, para no romper y vivir y no seguir sobreviviendo en esa profunda inopia, donde una creciente inmensa mayoría de gente normal satisfecha con sus vidas, anestesiada, insensibles a todo cambio, dormida, se conforma. Donde los problemas reales, y no los referidos al día a día, son, si no delegables en otros, obviados por repetidos.


El sistema, a falta de una mejor palabra que agrupe ideologías, doctrinas y creencias, que lo conoce y le conoce, y lo sabe (y que cree que en el fondo está indefenso), le tendió trampas:


“Te temo y quizás porque pienses por ti mismo te tengo miedo”


Para ello, urdió un plan; algo parecido y sibilinamente maquiavélico a  la “disidencia controlada”, otro desolador concepto, donde confinar y  recrear cárceles mentales medidas, lo que ya hacía con los dormidos, a la que alimentó de deseos, mezclando fantasías y mentiras, entretenimiento de puro consumo, de tal modo que, en lo psicológico, pretendió que de nuevo sintiera su aislamiento, e indefenso, en soledad, repercutiendo su sedentarismo, en lo físico y en lo mental, en su salud, si antes no rompió, excluido o mejor dicho controlado, con suerte para ellos, acabara  separado y aislado, derrotado.


El plan siempre funcionó con el dormido, el inocente, al que no temen, el controlado, el que les alimentan de por vida con credos, dogmas de fe y deseos, porque son sabedores que las fórmulas de sus leyes, sus reglas, no siendo justas, son tan sólo ciegas y les sirven


Decidió ser un disidente incontrolado. Regateó sus obstáculos. Decidió ser un “Awareness” “darse cuenta” una de las pocas salidas, tanto a nivel perceptivo como sensorial, aprendiendo a defenderse. Una esperanza ante la amenaza interior y exterior donde pretender actuar con la cautela que te permite ser, en definitiva, consciente.


Desde la introspección sincera, donde la expresión de su Ser tomó el mando y como denunciante luchador, en defensa de un mundo mejor, plantó batalla con todo su inmenso poder a la inconsciencia de los miserables que desde el engaño usurpan la verdad (su verdad) para sí mismos, pretendiendo narcotizar la atención y persiguiendo al que se descubre y despierta.


Porque si al despierto lo quieren recluido y al dormido ignorante en su credo, a ambos los quieren presos de sus deseos, fundamentalmente porque aun yendo todo esto de supervivencia se pretenda confundir y en vez de vivir se termine sin saber, ni vivir, ni sobrevivir en esta existencia.