Despierto, en lo individual, entendió que era eso de la "indefensión aprendida", ese concepto desolador que expresa el grado de pasividad y sumisión, la impotencia que lleva al que no viendo salidas a aceptar su estado inhibiéndose ante la adversidad.
Un mundo de posibilidades inalcanzables.
¡Menudo oxímoron!
Ese día ya sólo pretendió
escapar de sus garras, luchar, defendiéndose para no sucumbir, a
contracorriente, para no romper y vivir y no seguir sobreviviendo en esa
profunda inopia, donde una creciente inmensa mayoría de gente normal satisfecha
con sus vidas, anestesiada, insensibles a todo cambio, dormida, se conforma.
Donde los problemas reales, y no los referidos al día a día, son, si no
delegables en otros, obviados por repetidos.
El sistema, a falta de una mejor palabra
que agrupe ideologías, doctrinas y creencias, que lo conoce y le conoce, y lo
sabe (y que cree que en el fondo está indefenso), le tendió trampas:
“Te temo y quizás porque pienses por ti
mismo te tengo miedo”
Para ello, urdió un plan; algo parecido y
sibilinamente maquiavélico a la “disidencia controlada”, otro
desolador concepto, donde confinar y recrear cárceles mentales
medidas, lo que ya hacía con los dormidos, a la que alimentó de deseos,
mezclando fantasías y mentiras, entretenimiento de puro consumo, de tal modo
que, en lo psicológico, pretendió que de nuevo sintiera su aislamiento, e
indefenso, en soledad, repercutiendo su sedentarismo, en lo físico y en lo
mental, en su salud, si antes no rompió, excluido o mejor dicho controlado, con
suerte para ellos, acabara separado y aislado, derrotado.
El plan siempre funcionó con el dormido,
el inocente, al que no temen, el controlado, el que les alimentan de por vida
con credos, dogmas de fe y deseos, porque son sabedores que las fórmulas de sus
leyes, sus reglas, no siendo justas, son tan sólo ciegas y les sirven
Decidió ser un disidente incontrolado. Regateó sus obstáculos. Decidió ser un “Awareness” “darse cuenta” una de las pocas salidas, tanto a nivel perceptivo como sensorial, aprendiendo a defenderse. Una esperanza ante la amenaza interior y exterior donde pretender actuar con la cautela que te permite ser, en definitiva, consciente.
Desde la introspección sincera, donde la
expresión de su Ser tomó el mando y como denunciante luchador, en defensa de
un mundo mejor, plantó batalla con todo su inmenso poder a la inconsciencia
de los miserables que desde el engaño usurpan la verdad (su verdad) para sí mismos,
pretendiendo narcotizar la atención y persiguiendo al que se descubre y despierta.
Porque si al despierto lo quieren recluido
y al dormido ignorante en su credo, a ambos los quieren presos de sus deseos,
fundamentalmente porque aun yendo todo esto de supervivencia se pretenda
confundir y en vez de vivir se termine sin saber, ni vivir, ni sobrevivir
en esta existencia.
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