Esto hace
unos años, se intuía y alarmaba, ahora no. Hoy, un día después, la noticia se
ha desmaterializado. En la sociedad del riesgo las ambigüedades del comunicado
(algo así como que, si te zampas todos los días cordero y tres copas de whisky,
lo más seguro es que infartes, así que come y bebe menos) nos dejan totalmente
indiferentes. No se trata de alarmar a una sociedad fácilmente manipulable, se
trata de reflexionar y sacar conclusiones al margen de los intereses. Lo que
nos dicen más o menos es que usemos pinganillo hablemos menos y separemos el
trasto 40 cm de la oreja, y ala a otra cosa mariposa.
¿De qué hablan? ¿De la exposición a campos electromagnéticos? Si están por
todos lados. ¿Vas a renunciar a utilizarlo? Con la de pasta que genera esta
tecnología. Que quieres retroceder con lo mucho que estamos avanzando...
Algunos de los reactores de Tepco se fundieron casi de inmediato, creo que
a las 24 horas del terremoto ¿Y qué? Del vertido de crudo en el golfo: ¿Cuándo
ocurrió eso? ¿En el 2000 qué? ¿Me afecta en algo? ¿Hay alguien ahí? Estas
noticias se están desintegrando lentamente hasta prácticamente su
desaparición.
Pasemos página que la vida continua a pesar de todo.
Y es que todo en mayor o menor medida nos afecta, a pesar de que algunas
noticias nos cojan ya muy lejos. Hoy en el noticiero, la noticia de los móviles
se ha esfumado. La crisis de los pepinos españoles, materializada desde
hace unos días, la ha desintegrado. Las otras dos noticias ya prácticamente han
desaparecido. Nos cuesta mantener viva la memoria.
Lo cierto es que a un buen amigo le han diagnosticado hace un mes un tumor
cerebral y uno inevitablemente se pregunta, si puede existir una relación entre
la noticia y su dolor. Entre la materialización de su enfermedad y las ondas
electromagnéticas.
Perdonen mi tristeza.
Y a ti amigo, ánimo, lucha, te quiero.
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