Cayó una gota,
Y otra... otra… otra...
Una última acusó temor, pero la empujó otra, si acaso desvergonzada, traicionera o impaciente.
Cayeron más.
Otra… otra… otra…
Veía caer las gotas, oía su sonido al caer.
Otra… otra… otra…
Y otra… otra… otra…
Pasó un tiempo, la verdad, no recuerdo cuánto.
Seguían cayendo gotas…Seguía mirando como caían…era incapaz de ver otra cosa.
Otra… otra… otra…
El sonido de un timbre me devolvió a la realidad. Desperté, pensé en un instante.
Sólo era una posibilidad. Sólo era una posible conclusión:
Y aunque las gotas de lluvia resbalaban desordenadamente por el cristal de la ventana en un día frío y gris de invierno, otra realidad paralela a mi manera de percibir se sintió observada.
El grifo del baño no cerraba bien, no es que estuviese mal cerrado, es que llevaba mucho tiempo así.
Decidí que ya era hora de arreglarlo.
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