jueves, 6 de marzo de 2014

encuentro especial

One, two, three, four “My old flame” -mi vieja llama- ahí sigue. 

Últimamente luce poco y pareciera que se apagase por momentos, será vieja como mí alma, pero luce. No da tregua la oscuridad, pero tampoco da tregua la luz y sigue viva alimentada eternamente para desespero de la oscuridad. En ese 99.9% del universo que es nada, es vacío, es oscuridad, la luz de una llama alimentada de oxígeno, como una combustión catalítica infinita ilumina y calienta las noches más oscuras. Esas de frio, viento y soledad. 

Y la oscuridad desespera, porque no puede... 

One, two, three, four, “My old flame”. Inicio la escucha atenta. Cambio la canción y algo más de este emocionante escrito de hace ya unos años. Lo más cercano, en un momento de desesperación a sentirse acompañado y amado. Empiezo a recordar lo que pasó:

Ocurrió que aquellos días no eran normales. La tensión  se acumulaba  y me tomé un respiro que me llevó a ese estado de relajación y paz interior que, entiendo, se necesita siquiera un poco, cuando el día finaliza. La meditación o la respiración la acompañé, por falta de conocimiento de técnicas específicas de relajación, con la escucha en silencio de una preciosa melodía.

Eran las 11:55h de una tranquila noche invernal iluminada. A mi derecha una flamante luna blanca se desplazaba lentamente para ocultarse tras el edificio que la observaba, y me encontraba sentado en un sillón del balcón de mi casa. Mi familia dormía hacía breves minutos, y las luces de las casas del vecindario se empezaban a apagar para dar paso al descanso de la noche. 

One, two, three, four. Cerré los ojos, escuchaba “my old flame”  sublime interpretación del genio Pieranunzi. Imposible no emocionarse. Al acabar la canción, desperté del sueño del dinosaurio, abrí los ojos con lágrimas y miré al cielo y velando mi sueño cual si supiese que mi esperanza al despertar fuese la tranquilidad de tener alguien a tu lado,  una radiante pequeña pero luminosa luz tuvo el valor de acompañarme. 

Fue tan sólo  un segundo y se desvaneció  ante mis aturdidos ojos. Fue un encuentro especial. Quiero pensar que eran Seres de Luz, pero quizás mi penosa vista no acertó a distinguir un brillante meteoro o un avión que se ocultaba tras una nube errante, pues juraría que la noche era estrellada. 

Yo me quedo con lo primero y así quedará registrada por los tiempos esta experiencia  sincrónica en la memoria de mi ADN celular.

One, two, three, four “My old flame”. No desesperes nunca. No llores si no es de alegría, no estamos solos. Y todos nos tenemos:

¡Despierta!

Pd) “My old flame” es una canción del disco “Special encounter”, interpretada por el pianista italiano Enrico Pieranunzi, acompañado por el contrabajista Charlie Haden y la batería de Poul Motian.



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