miércoles, 2 de junio de 2010

experiencias

No recuerdo cuando empezó todo. Por no saber ni siquiera sabía si me encontraba palpando las situaciones, en pleno ascenso de las mismas o en la cumbre, algo así como tratar de saber si me encontraba en el orbe anterior o posterior a la manifestación de ciertos hechos. 

Lo que si intuía era que, descendiendo o alejándome no. Tal vez los fenómenos ocurrían desde hace años, o quizás meses, o tal vez poseía plena consciencia desde hace escasos días. 

Lo que tenía claro es que los fenómenos se estaban produciendo y coincidían con estos tiempos de crisis. Y se manifestaban con total fuerza e intensidad, con tal sincronicidad, que difícilmente escapaba a su intención. 

Porque su intención o mensaje implícito se manifestaba como provocando, como diciendo “te estoy enseñando el camino, dando pistas, empieza a  interpretar de forma adecuada”. 

¿Pero qué? y ¿quién? y ¿porqué? y ¿para qué? y ¿yo?, o mejor dicho porqué yo o mis pensamientos interpretaban que se estaba manifestando un mensaje, y este poseía una intención o significado, y me era enviado. O tal vez era un obsequio.

Tenía plena consciencia de su existencia, pero descubrí que esta experiencia se producía y se manifestaba cuando brotaba de mi inconsciente. Cuando se percibía de forma inconsciente, como respuesta a un fugaz pensamiento. 

Y así como una tela de araña, las experiencias cimentaban la creencia de una comunicación  en un plano superior, ajeno a las personas, al día a día, al plano de lo real. Y me invadía como una descarga, tal grado de paz y de alegría que no podía por menos que agradecer su presencia. 

Se posaba en mí me ayudaba, siempre estaba ayudando, y yo despertando, despertando quitándome la venda, sin miedo, de cabeza hacia lo inexplorado, traspasando barreras para descubrir lo que había al otro lado de la cerca. 

La felicidad dentro de ti y fuera de ti, el gozo y el deseo de compartir con la prudencia de a quién y por qué, sabiendo de la existencia de prejuicios, sin importar descalificaciones, ni juicios, ni etiquetas. 

Sintiendo que somos y damos y cuanto más damos más somos.