El ser humano es una síntesis de lo
temporal y lo eterno, de lo finito y lo infinito
Soren Kierkegaard
Al igual que una madre abnegada
cuida a sus hijos de forma natural por amor, doto de vida a las palabras, al
acto o a la locución de algo escrito y sentido, real, para al interiorizar lo
dicho hacer de igual modo natural su expresión, hacerla consistente.
Ordenar la vorágine emocional se
perfila por momentos puntual a la cita. Y si la experiencia no me da, crearla a
ella misma como una parte, como otro acto de amor, procurando desde alguna predisposición genética innata mi atención, su intención.
Que despierte algo en el interior
y respire sensibilidad, que se evapore a una sola mirada si esta alcanzase a ver
o en sus silencios sus notas, es su fin y al mismo tiempo es su principio, regalo
que la misma vida ofrece y compongo desde diversos fragmentos eternos.
La revelación coherente que se descubre con el paso del tiempo por elección en algo mayor, en un Todo que doy forma, y que al alumbrar alcanzase si es que necesitase ser preguntada para su verdadera comprensión del porqué de su nacer.