viernes, 14 de febrero de 2014

punto de no retorno

Contra ofensiva Climática. Le están viendo las orejas al lobo y el convencimiento de las tesis científicas oficiales actuales ni se discute. Veamos varias noticias de los últimos días en medios digitales.
Los meteorólogos americanos, sólo un diecinueve por ciento, son escépticos con el calentamiento global antropogénico. Obama, debe ser a la vista del invierno inusual de corrientes gélidas árticas vivido, decide hacer campaña con argumentos del "establishment" científico del IPCC para cambiar y concienciar a los suyos de que ya está bien de emitir gases de efecto invernadero. Lo cierto es que los americanos generan basura que no veas consecuencias de su fascinadora y enfermiza pasión consumista exportada al resto del mundo. O sea que el Obama se está mosqueando con las consecuencias no ya de futuro sino presentes en estos tiempos tan especiales de "neoliberalismoeconómicomaterialconsumista".
El permafrost, por el aumento de temperaturas, se está derritiendo, liberando CO2 a un ritmo elevado de tal modo que acelera los desórdenes climáticos especialmente los vividos en este año. Y es que aquí a la fiesta se vienen todos. Los escépticos argumentan que el CO2 se produce después de un aumento de la temperatura, no antes. Esto de a continuación, que no se quien lo ha escrito, lo tenía archivado. Cosas que a uno le llaman la atención y guarda, aunque desconozca la veracidad de lo afirmado:
“Si nosotros aumentamos aún más la cantidad de CO2 en la atmósfera, eso no cambiará casi nada su efecto invernadero, habiendo éste llegado a su máximo. Este hallazgo, basado en las leyes de la física, confirma lo que los climatólogos más importantes han estado diciendo y publicando: cuanto más CO2 haya en la atmósfera, ¡menos importante es su efecto invernadero!”
Lo que sí parece claro es que las corrientes marinas por el aumento o subida del nivel del mar por el descongelamiento (la Antártida parece ser que se está derritiéndose de forma irreversible) están cambiando literalmente el clima. Las corrientes marinas y las atmosféricas son algo así como primas hermanas. En este mundo acelerado la confirmación de los registros registrados (no más de cuarenta años), son suficientes para entender que en la Antártida se van a poder plantar patatas y el que tenga un apartamento en la costa lo llevará claro.
Retomando la actualidad además en el mes de abril, se han batido los registros consiguiéndose el record mundial de terremotos de unos cuantos grados. Llama la atención como el reparto es uniforme en todas las zonas sísmicas conocidas.
Puestos a relacionar las cosas, si es que se puede, no veo que nadie se pregunte si tiene que ver algo el efecto invernadero, el aumento o descenso de las temperaturas, en definitiva, el desorden climático, con la creciente actividad sísmica y vulcanológica, por no hablar de que hacemos que sirva para algo. Da más la impresión desde mi más atrevida e ignorante observación acientífica que, independiente de nuestra dependencia energética de los combustibles fósiles y sus consecuencias por el CO2 emitido, el calor o la energía liberada está viniendo más de lo que nos creemos, o al menos eso parece, aparte de lo lanzado a la atmósfera, desde el interior. Una de las teorías oficialistas es que el deshielo redistribuye si o si los pesos en la placa antártica con la consecuencia de aumento de terremotos de alta intensidad.
O tal vez lo de dentro se mueve porque lo achuchen, aunque sea de momento mínimamente desde afuera. La declinación magnética hace que esta pelota en la que vivimos decline su posición respecto del Sol. Aunque para ser sinceros de Ajenjo como que no he oído nada. Acuérdense que el terremoto de Japón llegó a mover el eje terrestre.
En fin, que seguimos como siempre sin saber que fue antes si el huevo o la gallina. Eso sí, en lo que no cabe duda es que el huevo se pone duro, o frito a quien le guste más, cuando lo perturban desde afuera.
Por la gravedad de los hechos a estas alturas casi que lo de menos es posicionarse en uno u otro lado, dado que lo más reseñable de nuestra rabiosa actualidad que deba preocuparnos es en riguroso orden:
La victoria de Conchita en Eurovisión, La Cirus que sigue haciendo de las suyas y el fútbol. Y si no créanse la noticia de que cuando Austria gano Eurovisión hace cuarenta y ocho años, la liga fue para el Atleti, la Champions para el Madrid, descendió el Betis y ascendió el Depor.

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