mayéutica

Solemos dejar en manos de los demás que nos descubran, como voces sustitutorias a las nuestras, por pereza, desidia o inercia, la realidad, el sentido, la verdad última o trascendente, perdiéndonos la increíble oportunidad de empezar a  cuestionarlo todo, empezando por cuestionarnos a nosotros mismos.

Un profesor de filosofía de 2º de la ESO decidió por sorpresa poner a prueba el conocimiento de sus alumnos con un examen:

-Veamos cojan papel y boligrafo. Disponen de media hora para contestar a la siguiente pregunta:

¿En qué consiste la mayéutica Socrática? Razonen su respuesta.

Uno de los alumnos entregó el examen al minuto de empezar. El profesor consideró que la respuesta, entendiendo su escueto y fondo irónico, estaba bien fundamentada, por lo que decidió aprobarlo. 

El alumno escribió:

“La madre de Sócrates era comadrona. Ayudaba a dar a luz. 

¿No es más o menos lo mismo que hace usted con nosotros?”