Las canciones originales tienen un
autor. Este es el que las compuso y creó. Las versiones que se hacen con
posterioridad por otros intérpretes conservan la melodía que hace que aun con
modificaciones identifiquemos, si lo conocemos, la identidad originaria de su
compositor. La melodía original modificada puede gustar más que la del autor o menos
si eres purista o defensor de los orígenes. En cualquier caso, una versión es
una modificación o interpretación, o vuelta diferente a la del comienzo creada.
Pero su identidad entendida como una igualdad, con un conjunto de rasgos
propios, sin connotación peyorativa, no deja de ser una copia.
Cuando lo original entendido en su
esencia es desvirtuado obtenemos una mala copia interpretada y generalmente interesada.
Lo original versionado que mantiene la esencia, la identidad desde diferentes
estilos musicales se puede aceptar en función de tu sensibilidad y gusto. Una
copia es una versión mala cuando omite algún aspecto fundamental que desvirtúa
el sentido original que se pretendía.
Las escrituras originales tienen
autor. Es el que la compuso y creó para conseguir una determinada intención.
Las versiones que se han hecho con posterioridad por otros autores o intérpretes
conservan, digamos haciendo un símil, la melodía, que hace que aun con
modificaciones identifiquemos una identidad propia y originaria de su autor.
Esa melodía original modificada o interpretada puede gustar más que la del
autor o menos si eres purista o defensor de los orígenes. En cualquier caso,
una versión es una modificación o vuelta diferente a la del comienzo creada.
Pero su identidad entendida como una igualdad, con un conjunto de rasgos
propios, sin connotación peyorativa, no deja de ser una copia.
Cuando lo original entendido en
su esencia es desvirtuado obtenemos una mala copia interpretada y generalmente
interesada. Lo original versionado que mantiene la esencia, la identidad desde
diferentes estilos se puede aceptar en función de tu sensibilidad y gusto. Pero
una copia es una versión mala cuando omite algún aspecto fundamental que
desvirtúa el sentido original que se pretendía o ni si quiera se reconoce cómo
inspirada en otros textos, porque eso, nos guste o no, es un engaño.
Lo que nos han legado sería una
mentira, si mirando hacia atrás encontramos lo verdaderamente original, esa
esencia sin desvirtuar, lo que ni ha sido copiado, ni imitado, ni mal interpretado
por otros, sino fruto de la creación.
Todo proceso de despertar es un
estado de shock emocional del que te recuperas con el tiempo, cuando te
reequilibras y cambias lo aceptado, lo inamovible, lo intocable, por lo
auténtico, por lo original, por lo que responde a lo creado y no imitado, pero
también por lo que aun siendo versionado entiendes que conserva la esencia la
identidad propia que es respetuosa con el sentido original e intención de su
autor.
Un simple plural omitido puede
hacer mucho daño, cuando vislumbras que detrás de lo que creías original, te
guste o no, se esconde en el fondo una copia, interpretada e interesada. ¿Por
qué?
Porqué eso en el fondo, si no lo sabes,
desvirtúa todo el sentido original toda la esencia para convertirse, aunque no
lo parezca en un engaño.
Hoy 21/06/2014 que comienza el
verano en el hemisferio norte, os dejo con una magnífica interpretación a dúo
de dos guitarristas excepcionales que reinterpretan desde la creatividad, el
virtuosismo y la técnica, una melodía original de Bruno Martino. Con ustedes
buena música, suave, con “feeling” para oírla despacito, atendiendo, para no
perder detalle, ni perderse un acorde. Estate (verano en italiano), con Bireli
Lagren & Sylvain Luc.
Una melodía original,
interpretada sin engaños.
Estate
Bireli Lagren & Sylvain Luc.
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