La vida es cíclica.
Es un hecho que las
grandes culturas de la antigüedad después de desarrollar su máximo esplendor se
derrumbaron.
Podríamos decir que siguieron un evidente ciclo natural
(nacimiento, crecimiento, reproducción y finalmente perecieron).
Curiosamente
coincidieron con las eras:
Dicen que la era escorpión se correspondió con la
civilización lemúrica, Libra y Virgo para los atlantes, en Leo la unión de
civilizaciones, la Noé babilónica en Cáncer, la Adámica del diluvio en Géminis,
egipcia en Tauro, griega y judaica en Aries, y la actual de desarrollo de
las religiones como el cristianismo el islamismo en Piscis.
Y perecieron y de
diversas formas.
La idea de destrucción no es privativa de alguna cultura en
particular, y mucho me temo que nuestra civilización actual en la era piscis,
al ritmo que vamos, en plena eclosión de reproducción, perecerá, porque nos
guste o no, así ha sido siempre.
No se trata de alarmar pues se perece o muere
de muchas maneras, y eso bajo mi punto de vista, es lo que estamos viviendo en
estos precisos momentos, y al mismo tiempo esbozando porque coincide, con los
primeros pasos de lo que significará el paradigma de la era próxima acuario que
parece ser que es la que se corresponde con el “hombre dios”.
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