«El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo».
Nietzsche.
Trabajó durante más de una década en una empresa. Vio las sombras muy de cerca. Los espejos donde reflejarse se llenaban de ellas cada vez que se miraba. Seguramente se preguntaban que hacía el allí. Aprender lo que se dice aprender aprendió poco, pero mucho, sobre todo del comportamiento humano.
Si esa fue la lección que le enviaron se consiguió el propósito.
Practicaba un sano escepticismo. Lejos de querer imponer su verdad por cada paso que se daba sea cual fuese entendía que era necesario cuestionarse y cuestionarlo, sino todo, lo que va bien no hay que cambiarlo, si parte. Las sombras ni le entendían ni lo entendían. Algunas de las tareas que le asignaban, argumentaba, razonaba y lo más objetivamente, hacía comprender respetuosamente a sus superiores lo absurdo e inútiles que resultaban. Las hacía, pero ni solucionaban, ni se lograba avanzar en los objetivos que se tenían marcados. La sensación de perder el tiempo se fue agigantando.
Vio sus sombras cada día más cerca, es lo que tiene acercarse tanto a un espejo, incluso llegó a identificarse con la suya, una que le acechaba y susurraba a diario con cuernos y tridente, para reprochar su conducta; Se cómo ellos, no cuestiones, se sumiso, se obediente, no merece la pena cambiarles, llevan la razón, se uno más, lo importante son los tuyos, no vas a conseguir nada, te la estás jugando, eres un insensato, de que vas. Pero a esta voz no la hacía caso, seguía luchando día a día por mejorar, sino ¿que, sentido tenía ir a trabajar?
No era mando y cuestionar metodologías para objetivos absurdos incomodaba a sus superiores. Le respondían, que como se le ocurriría a él hacer las cosas. Caso omiso, daba igual lo que dijese ya que por lo general su aguda percepción de la realidad, sin ambages y sus propuestas de solución de los problemas, laterales a la rigidez de los postulados oficiales les enervaba porqué cuestionaba de nuevo sus políticas, les ponía en evidencia, a parte que saliéndose del camino marcado no sabían realizarlas y eso no gustaba.
Las sombras se hicieron cada vez más grandes, cubrían todo el espejo. Luchó contra sombras muy reales. Las sentía de cerca y se sentenció a sí mismo y su lucha fue consciente, pero no iba a cambiar y lo que no estaba dispuesto era a convertirse en una de ellas.
Un día le invitaron a irse y aceptó.
Lo supo por terceros, unos pocos que le apreciaban, que le tenían miedo y no sabían cómo deshacerse de él. A saber, cuántas vergüenzas tenían que ocultar. Era como la voz de sus conciencias. Incluso pensaron que les iba a denunciar y presentar batalla porque razones objetivas para echarle, lo que se dice razones, nunca las hubo. Pero habían utilizado artimañas y argucias durante largo tiempo para confundirlo. Nada nuevo, todos sabemos cómo se llama a eso. Eran estúpidos incapaces de entender a un alma noble.
Cuando recogió sus cosas se despidió uno a uno de todos y cerró silenciosamente la puerta del hogar que durante tanto tiempo le acogió. Había dolor, pero no rencor. Hasta en eso se quedaron desconcertados.
Cuando se mira en el espejo de los demás, aunque reconozca en ellos sus carencias, procura que su mirada siga siendo su reflejo. Al fin y al cabo los espejos, pensaba, si sólo se utilizan para contemplar el ego, acrecentarán las sombras y de lo que se trata, siempre desde la humildad, es de lograr un entendimiento, desde el diálogo, la comprensión y el respeto entre nuestros semejantes aunque las posturas y los roles que se asuman y se desempeñen en esta vida sean diferentes.
Ahora busca otras puertas donde le acojan, porque él seguirá siendo siempre él mismo.
Corolario:
«El comportamiento humano es el conjunto de actos exhibidos por el ser humano y determinados por la cultura, las actitudes, las emociones, los valores de la persona, los valores culturales, la ética, el ejercicio de la autoridad, la relación, la hipnosis, la persuasión, la coerción y/o la genética".
Definición del comportamiento humano. Fuente Wikipedia.
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