Decía el Dalai Lama que amar a tu amigo no es ningún problema. Lo difícil, es amar al enemigo.
Aquí en esta existencia de lo que
se trata es de elevar tu estado vibracional.
Ama por lo que eres no por lo que te interese. Ama sin ego porque es entonces cuando verdaderamente amas, cuando escapas de la limitación de ese ego que quiere atrapar tu espíritu, tu ser y tus niveles de vibración.
Elévate, recuerda que la máxima manifestación de la inteligencia es la espiritual la que eleva tu vibración, la que vibra con la palabra mayúscula Amor.
Requiere esfuerzo trascender los
niveles del ego para invertir un proceso difícil que en orden te debe llevar de la alegría, al Amor, a la paz y a
la iluminación que no es más que en
definitiva algo que los grandes maestros llamaron Amor incondicional y a
la que muy pocos, contados con los dedos
de una mano, han llegado.
De ahí la situación que esta
humanidad padece y no arregla, porque ni sabe, ni entiende, ni quiere, ni se
esfuerza, ni comprende, ni le interesa, ni le importa.
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