La única manera que tenemos cómo especie de seguir por aquí,
ante una realidad exasperantemente negativa repetida e irracional desde hace ya
ni te cuento, es tirar hacia delante de un
optimismo absurdo e irracional de tal modo que, al menos aún
auto-engañándonos a nosotros mismos, la
auténtica especialidad del ser humano, nos evite caer en estados de depresión y
de paso tape de algún modo nuestra conducta más miserable y vergonzante. Parece
ser que a esto le llaman evolución.
Vamos que más gilipollas no podemos ser.
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