domingo, 7 de junio de 2015

relatos salvajes

 «Llevamos poco por este Universo. Y el camino siempre es individual: «Todos piensan en términos de cambiar el mundo, pero nadie piensa en términos de cambiarse a sí mismo» 
G. I. Gurdjieff

Ayer vi la película argentina "Relatos salvajes". Vale que se lleva a extremos, pero son seis historias donde como dice su autor hay una difusa frontera donde sale a relucir esa naturaleza escondida y salvaje del ser humano cuando se activan respuestas mecánicas escondidas y que no se controlan: «La difusa frontera que separa a la civilización de la barbarie, del vértigo de perder los estribos y del innegable placer de perder el control»

Con tanta fragmentación de conocimientos basada en la especialidad, dogmas religiosos, mentiras y dinero como única razón en esta vida para sobrevivir y perpetuarse,  me pregunto en quien, o donde recae la verdadera formación: ¿Se enseña la sensatez?, ¿El discernimiento?, ¿La decencia?, ¿La prudencia?, ¿El buen juicio?, ¿El altruismo?, ¿La ayuda al necesitado?, ¿La dignidad humana?, ¿La sinceridad aunque cause sufrimiento?

Nuestra contradictoria naturaleza, o bien es un defecto clamoroso de fábrica, o es condición sine qua non imprescindible en la evolución. Avance, retroceso, evolución, involución. Pero lo que no hacemos, y posiblemente sea por donde se deba empezar, es a estar vigilantes de nosotros mismos.

«Vigila tus pensamientos, pues éstos se convierten en palabras. Vigila tus palabras, pues estas se conviertan en acciones. Vigila tus acciones, pues estas se conviertan en hábitos. Vigila tus hábitos pues éstos se conviertan en tu carácter. Vigila tu carácter, pues este se convierte en tu destino» 
Lao Tse


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