El buscador de cajas sentía
fascinación por las cajas. Tomaba posesión de cuantas encontraba y le llamaban
la atención y se las llevaba a su estudio. Al terminar su jornada de trabajo en
la oficina, se asomaba por la sala de fotocopias seguro de conseguir
archivadores y clasificadores en desuso, que, aun no siendo propiamente cajas,
para el fin que quería, le servían. Pero no sólo ahí encontraba los recipientes.
Contener o guardar, conservar o
agrupar, proteger o almacenar, parecían funciones necesarias a preservar,
recuerdos a inmortalizar, protagonismos a conservar.
Proponía magia y no encapsulaba
ningún contenido seguro como estaba de que cuando le viniesen las ideas
inventaría una nueva realidad con capacidad de trasformar a esta, a la caja, a
él y a quien observase extrañado una vez tratadas, las nuevas armonías y nuevos
acontecimientos surgidos, las proyecciones que su Ser proponía.
Le valían todas ya fuesen de
cartón o madera con cierres o sin ellos, para archivar documentos o bien las
que contuvieron dijes y dedales, herramientas y orfebres, lápices y óleos, lo
que fuese que en su día guardasen.
El buscador de cajas las
rescataba en el fin de sus vidas. Las tapas abrían nuevos contenidos que
cerraban tiempos pasados. En su taller forjaba sus ideas con acrílicos
entonados, trapos pintados de batallas ganadas, cañas contadas, trozos de
madera cortados, laberintos en su firma, cristales resguardando urnas
adaptadas.
Lo humilde y lo pobre sólo eran
bisagras de apertura. La grandeza y la riqueza definían su imaginación. Las
cubiertas y contraportadas anunciaban títulos, esbozos sugerentes anticipando
el contenido interior.
Lo que no sabía, pero intuía, era
que en el fondo y aun llamándolas cajas porque contenían cosas, en el fondo
eran libros. Libros conteniendo letras y párrafos imposibles.
Mientras transcurría en paralelo
el progreso de forma invariable olvidando lo esencial, el buscador de cajas
narraba historias donde dejaba a la vista el libro abierto de su vida.
Las utópicas aventuras y
desdichas, los pergaminos encuadernados de su Ser.
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