勿忘
“el hombre ha perdido su Tao, el sentido de su vida, su camino, y el que
pierde el camino se ve invadido por la angustia de lo incierto”
D.J.Voogelmann
Subido
en la escalera siguiendo indicaciones maternales guardaba en el altillo del
armario el edredón de invierno. A la derecha una librería ocupaba el lateral de
la habitación.
Antes de
bajar en la penúltima balda una pequeña escultura de rostro femenino dibujado en una
piedra y el lomo de un grueso libro llamaron su atención. La escultura,
bibliotecaria pétrea al cargo de los libros prestaba el Yi-Ching traducido
de Richard Wilhelm.
Lo llevó
a casa y al día siguiente leída la presentación y el prólogo de Jung, al
adentrarse en la experiencia de la experiencia desprejuiciado y curioso al
igual que el pionero de la psicología profunda consultó el oráculo a su manera.
No hubo
pregunta, porque no era necesario preguntar, ni método alguno ortodoxo de lanzar
monedas, ni tallos de milenrama. Tan sólo una respuesta de un hexagrama concreto
que decidiese que en ese momento se revelase su más íntima esencia.
Al dejar
discurrir las hojas el azar se detuvo en una.
Como en
tres palabras ―páginas de palabras señaladas―, como en tres puertos, ―caladeros
de escritos a reconsiderar―, como en tres lágrimas de neutrinos, ―melodías
de ángeles permutando ensoñaciones―, desde otro plano muy cercano
esperaba lo inesperado.
La página en ese instante capaz de responder sin sutilezas fue:
La del hexagrama
25.
La
puerta de la inocencia que muestra la naturaleza directiva del espíritu. Arriba
Lo Creativo en el Cielo abajo lo Suscitativo el Trueno, los dos trigramas de su Sol.
Y a esa
hora en ese instante a las diez de la mañana de un sábado día cinco del mes de
junio del presente año, porque más adelante lo vio, en perfecta simetría acogió
al Shock, una Luna también suscitativa que pasaba por allí.
Asombro
de una iniciación que persistentemente le encuentra para que se rinda a su yo
superior, mutación de una consciencia en evolución desapegada en forma
proyectada al dictamen de su corazón que trata desde la experiencia de su
experiencia de sacarte de tu complaciente y aparente seguridad para que
ahora, iniciado el movimiento, seas tú el que sepas descubrir tu Tao.
"La mujer pétrea"
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