Olas emocionales en resonancia y
armonía por desafíos vividos aún resuenan a pocas horas de concluir el año. Recuerdos
de comienzos ilusionantes y logros, beneficios, la aguja seguirá girando por
los surcos del vinilo.
Hace un año por febrero inició su
arquitectura cimentando sólidamente sus bases. Dejándose llevar por introspecciones
de melodías líricas, en Chopin, sintió la belleza de la energía interior de su estudio¹
25.1. Zaratustra le designó misiones² especiales marcando en el
plano del tesoro la ubicación precisa donde encontrar (de entre las ostras
adheridas a las rocas) la que contenía su perla. Con Nina y su “niña azul” se preguntó
en conciencia qué más hay³ obteniendo respuestas implícitas más que vistas. Y allá por marzo visando su devenir⁴ Ludovico puso la música en un
día festivo.
Recién acabó su edificio erguido
hace poco días. Quijotes y Sanchos (pingüinos adaptados) saliendo de las olas emocionales acudieron en
grupo a la orilla⁵ para divisar en el interior la majestuosa edificación de
muros y castillos. Las cápsulas de tiempo⁶ agruparon a hermanos fractales.
A la ascensión mística y cósmica de las alturas de su constructo, las
sincronías en nieblas de simetrías rotas⁷ dejaron ver poco a poco los
perfiles de su obra. Una invitación de regalos⁸ a la atención pura por
descubrir lo nuevo.
Entre medias, proyectó, se adaptó
a las circunstancias y externalizó su encargo para culminar la obra en plazo.
Por no aburrir y detallar en exceso hubo, entre otros, que hacer creer lo no
creíble⁹
a escépticos y descreídos, enseñando su diseño, acompañar¹⁰ y emitir certificaciones de
lo ejecutado para cumplir plazos, aceptar en gerundio, en verano, las esperas¹¹
de material de manera silenciosa¹², necesarios para armar y finalizar
la estructura.
Acabado el año, no en el
diciembre gregoriano que todos conocemos, mañana, día 22 de enero, cuando
despertemos el Sol empezará un nuevo ciclo por la puerta 41. El inicio del
camino experiencial más que nunca, aun si cabe, este nuevo año, se anuncia nutrido
de sensibilidades y sentimientos a compartir.
24 escritos más este último suman
25 realidades, desarrolladas en esta espiral que finaliza.
Por los 64 hexagramas con sus 6
líneas, conformando las 384 líneas del I Ching del Rave trataremos, un año más,
de hacer algo por el colectivo. O a lo mejor se quedará sólo para sus
afines (su grupo) o familia más cercana, incluso pueda que sólo sea en su favor.
Pero será como dijo Marco Aurelio a modo de pregunta, una pregunta final
necesaria por hacer, porque si es así y se logra al trabajar en propio provecho
sabrá que habrá trabajado para los demás.
Invitación sincera será, aquellos que me seguís (que por algo en común tengamos) poder enseñaros lo que se proyecte y construya como hasta ahora ha sido. Rellenar día a día, mes a mes, de néctares los hexágonos de las celdas. Lo nuevo que tengamos que edificar de luz, cuerpo y espíritu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario