Seguramente sea base 5. Al menos si la hora a la que naces la das por buena. Yo se la doy, total todo es relativo.
Recolectemos detalles de cómo
funciona el "Maya" para nuestra tranquilidad sin miedo al
fracaso. El "Maya" y nuestra presencia en él es producto de un
filtrado desde la base y fundamentalmente cambio e ilusión. Un cambio a través
del tiempo que debería producir crecimiento y la ilusión de saber que vivimos
precisamente, valga la paradoja, en una ilusión.
La perplejidad es asombro y
esta invita al abrir la boca y tomar aire, al asimilar lo percibido, a una
especie de parálisis infinitesimal... contraria al movimiento, en esta vida que
ante una... parada consciente no sabemos muy bien cómo actuar y proseguir.
¿No actúo? ¿callo? ¿dudo?
¿delato? o me delato, ¿cuestiono? o me paro y congelo mis temblorosas certezas
y tan sólo observo o prosigo mi camino, sea el que este sea…
Pero no, no estamos aquí para
callarnos, para guardarnos en lo privado nuestra visión externa, transpersonal
que diría Ken Wilber y conectada con la Totalidad. Al menos yo no. Y mostrarla
o mostrarse es tan acústico, como la música es a mi voz, porque esta se emite
en una frecuencia para que al interiorizar su contenido “algo” se sienta.
Hay base ya no hay caída expresaba
hace unos meses en coyuntura: Hay
comienzos como este que indagan después de años, en esta síntesis, verdad
de largos procesos por completar […]
Este relato es el recorrido de
indagación de un camino de vuelta, a la profundidad de base (al mise in abyme) que no del sin fondo ya que este es ese ”algo” que hay más allá
al que no tenemos acceso.
Es ir al comienzo de la vida y
entender lo que nos orienta de por vida. A nuestro propósito cósmico desde la
noche del Brahma a lo que alumbremos siendo nosotros mismos.
Me introduzco pues en la teoría
de bases.
Simplicidad en
decir lo que realmente sentimos. Estamos aquí para comunicar nuestra verdad,
nuestra singularidad, nuestra pureza como seres, nuestra percepción a través de
nuestra línea fractal, ese es nuestro propósito. Lo único que puedes desear, es
que otro te escuche […]
Son palabras de Ra, como casi
todo lo que viene a continuación. Hoy me condiciono si cabe aún más que otras
veces y voy a replicar hacer mía (casi de forma fidedigna) su encuentro a
través de mi voz.
Si no les resuenan estas palabras es el momento de salir de aquí. De apagar el volumen. No pasa nada prosigan su camino. Yo lo ofrezco, ustedes…deciden.
Para ello voy a llevar la información de base a la superficie. Dice Ra:
"Cuando observes tu base (recordemos la línea es personal la base impersonal) mírala posicionalmente te dirá mucho sobre ti mismo. La base establece los cimientos, la orientación, para que comprendas como tú, como ser, eres parte del constructo dimensional"
"La base es nuestro propósito cósmico. La comunicación con nuestra esencia, con nosotros mismos, nuestra contribución. Todos llevamos una base que es eterna, una base de personalidad. Llevas la misma como fuerza encarnada, la misma base vida tras vida. La base de personalidad que tienes te alinea a una geometría, muy, muy específica. Siempre lo hace", afirma.
Hay cinco dimensiones, cinco
bases, cinco símbolos para el Diseño Humano. Deconstruyo los mismos desde mi
teléfono descompuesto. Todas funcionan juntas en la totalidad y sin embargo
cada una de ellas es un instrumento para crear la ilusión. Empecemos:
La Base 1 es la dimensión del
movimiento. El movimiento es creación. La individualidad.
La Base 2 es Integradora. La
evolución. La gran evolución a través de la mutación. La mente. La
homogenización que en el fondo es la misma conciencia humana.
La Base 3 es el objetivo: Ser. El
objetivo del programa es traer a la existencia formas que alberguen o puedan
albergar el potencial para la manifestación.
La Base 4 es la dimensión del
Diseño. El ego. Angular y fijo es su único propósito.
Tu frecuencia particular es
encontrar la síntesis holística de tu centro, una frecuencia de entrada,
interior tonal y colorida de salida, definen tu propósito de encarnación.
Frecuencia del monopolo que es holística porque la vida es una ilusión en un número
infinito de formas cada cual con su cristal de conciencia.
Observo pues el suelo de mi
constructo personal. Recuerden que ustedes tienen el suyo tan increíble como
único, específico y posiblemente inadvertido. Asómbrense dejen paso por un
momento a su perplejidad:
Mi base impersonal de ese “algo”
que está más allá, es la siguiente base de la que todavía no he hablado; es la
base cinco. Si pudiese mapear el momento exacto de ruptura con el cordón
umbilical en ese momento se establece (así lo calcula el programa) en su
alumbramiento el número cinco.
La Base 5 es la base subjetiva.
El yo pienso. El cinco siempre se queda fuera. La conciencia de la Totalidad.
El agente sintetizador. La fuente de la ilusión que se integra con las otras
cuatro bases.
Y es el monopolo (y lo veo en mi
cruz de encarnación y sus puertas del centro G), el que mediante su frecuencia
de captura, une la información del color de diseño y personalidad. El que
orquesta el desplazamiento de base que permite la yuxtaposición, dando paso
desde lo subjetivo, al espacio eterno.
Todos los alquimistas de la
historia darían un par de hechizos para poder ver esta información,
sentencia, no sé si atrevido o emocionado por su descubrimiento de lo
transmitido por el fundador de Diseño Humano.
La decodificación
del "Maya" en que vivimos, frecuencia, que no es si no
llevar al lugar a lo que llamamos Dios dentro de nuestra forma.
¡Mi gran ilusión!
Follow the white Rabbit
Baby Myne
Resumen de la base 5:
Agente sintetizador, frecuencia iniciadora que contribuye a la ilusión al estar presente. El yo pienso que lo compone todo, no la mente que lo crea, el movimiento correcto que nos recuerda que todos venimos de una construcción fractal que nos vincula a aspectos que no poseemos. La evolución que está ahí para construir el constructo, la ilusión que se construye en la mente para crear el mecanismo de la ilusión. El estoy aquí luego pienso, estoy aquí en un lugar en el espacio y el yo pienso, que es ni más ni menos que nuestra ilusión.
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