Hablemos de relaciones. De diapositivas que se proyectan. De fragmentos de mi propio diario:
A me lleva a B; B me lleva a C; C me lleva a D; y así sucesivamente se establecen correspondencias.
Telón de fondo o pantalla donde
se proyecta la realidad, la percepción engloba pensamientos, aprendizajes, recordatorio
de memorias y como no, conciencia de lo que te rodea y percibes, sientes o ves.
Procesos capacitivos gobernados por tu Ser.
Vi Oppenheimer el día de su
estreno. La vi solo. La familia se decantó por otra película en una sala contigua
de un cine al aire libre. Hacía mucho calor. Biográfica película dirigida por Nolan del físico
teórico que capitaneó el proyecto Manhattan es historia viva de genocidas y devastadoras armas nucleares.
Centrado además en dilemas éticos, decisiones y justificaciones políticas, aun hoy nos acechan amenazas de frágiles equilibrios intimidatorios a cien segundos de la medianoche.
Aviso para navegantes...
La cita del polifacético artista Cattiaux del impío dogma del progreso acompañado de la conmovedora y maravillosa música de Louis Armstrong “What a Wonderfull Word”. La esencia del que quiere conocer de los sustratos las infinitas capas que lo componen. La producción de eudaimonia de vidas que merecen ser vividas. Y las fracciones racionalizadas, por orden a sus publicaciones son escritos de letras A, B, C y D, capítulos últimos dejados ver por las redes, que convergen por traslación en un penetrante mensaje, lógica a reconsiderar.
Hoy toca E.
Relaciones, conexiones, paralelismos, analogías, sinónimos de correlatos que se derivan a un fin. Interaccionan todos desde el pensamiento abstracto. Se interpretan porque su significado existe y servidor construye su particular serie de Fibonacci que traduce e interpreta.
Todas las secciones siguen un orden que no es arbitrario.
Cantan las olas de Lafourcade, el
mar está cerca, es verano. La inconsciencia se desborda en estereotipos de barbies que despiertan y boleros que acompañan en la soledad profunda.
Que alguien nos desvele y nos pregunte si de verdad somos conscientes de lo que está en juego. Quedan, ya nos lo han dicho, pocos segundos.
Que me cante el mar. Que nos penetre la vida por otras ondas expansivas.
Album: Musas
Soledad y el mar
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