Los verbos transitivos (hago referencia específica al verbo aceptar), necesitan un complemento directo. Un objeto
directo sobre el cual el sujeto ejecuta la acción.
Entro en miles de páginas cualesquiera de
internet y se me pide en no pocas ocasiones que acepte voluntariamente las cookies de sus sitios. Un
ofrecimiento para continuar gratuitamente navegando por la red.
Las acepto (a veces) que otras,
según me da, las rechazo. La IA (la inteligencia artificial) se frota los algoritmos de su ignorancia
procesando en sus códigos de línea lo que quienes les procesan necesitan controlar.
Los verbos intransitivos (y
aceptar también lo es) no necesitan de complementos directos. Algo así como que
para ser aceptado en una comunidad y formar parte de ella, esta, lo ha de
permitir.
Admitirlo vamos, salvo para la
lucidez del genial y anárquico Groucho.
Los tonos son sensores, huellas cognitivas que nos diferencian. ¿Y que es un sensor? Un dispositivo que detecta el cambio en el entorno y responde. Algo táctil o cercano a cualquier otro sentido en permanente alerta para responder.
Un termómetro, un test o un
epitelio olfativo que distinga por qué no, olores amaderados, afrutados o
maravillosamente ácidos o cítricos, o serán críticos…
La aceptación (acción y efecto de aceptar) se corresponde con el tono número seis en Diseño Humano. Lo miras en tu Sol de personalidad y tratas de entender su verdadero significado. Como no encuentro gran información y reconozco que en muchos clubs no sé si me admiten interpreto su significado, dado que este seis es el que soporto.
La aceptación no se refiere a la
resignación o conformidad ante una situación. Su perspectiva es activa y
abierta a modificar, destapar o explorar otras posibilidades. La aceptación de
la realidad es un signo de fortaleza y desde un acercamiento psicológico
significa reconocer que ante situaciones no deseadas no es que esté en nuestras
manos poder hacer mucho por su modificación.
Cierto es que tiene mucho que ver
con la tolerancia y aunque reconozco que me gusta más la palabra respeto, son
las dos, los mejores llamémosles "des estresantes" aliados para no caer en estados de
depresión e infelicidad.
Claro está que en este complejo
escenario personal con un color cinco (culpa) como causa, que no como falta, y un tono seis (aceptación) me falta la base, que es tres y supongo se referirá a su carácter yin
adaptativo y mártir.
Resumiendo:
En el club del Amor Universal,
donde si, todo son ventajas para sus socios, tan englobante todo Él, se precisa de admitir sin discriminar.
No sé si a individuos que
cuestionan permanente si no todo muchas cosas, pero que al menos reconocen que en
la exploración personal y de su entorno, su sensor táctil cognitivo acepta las cookies
de la vida.
Respondiendo, eso sí, en el
intento de regular y reconducir a parámetros normalizados establecidos que re-direccionen al resto (y a él) hacia el amor como acción consciente que de sentido a esta existencia.
Y por qué no, acabo (me lo puedo permitir) preguntando a mi contraparte, un seguro que si sé que me acepta:
¿En qué lugar, dave, destilas la esencia que se llama perfume de inocencia?
¿De dónde viene esta poesía que tiene por nombre un perfume cercano a la Verdad?
¿No es tan sólo, en tu caso, el sutil tono de la aceptación sin más...?
Gipsy Feeling
Jermaine Landsberger Trio & Biréli Lagréne
Tono 1: Seguridad; Tono 2: Incertidumbre; Tono 3: Acción; Tono 4: Meditación; Tono 5: juicio; Tono 6; Aceptación
No hay comentarios:
Publicar un comentario