Parece ser que según nos adentramos en lo infinitesimal nos
aparece la pajarita de Unamuno. Si, en las profundidades cuánticas los origami
se pliegan en caprichosas formas unas reconocibles y otras inimaginables.
Me
centro en las identificables como la que los tontos de capirote se ponen por
montera. Otras nos recuerdan las diferentes versiones de nuestro incipiente
progreso como la aviación. También están las ranas cocotológicas que del mundo
animal en esto hay muchos.
El universo se pliega como nosotros nos plegamos y
doblamos sobre nosotros mismos, en un ejercicio de contorsionismo imposible,
donde somos incapaces de vernos a nosotros mismos.
Los analistas del futuro nos avanzan los tiempos venideros:
Robótica, inteligencia artificial, vida extraterrestre, etcétera.
Muy interesante para saber que se nos viene encima. Todo
bien dobladito como en la papiroflexia...
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