"A veces quiero ser normal, pero luego vuelvo a ser yo"
Vuelvo a la puerta de entrada al valle tras pasar el monte de Parnaso de camino a Delfos. Llego al pueblo andaluz de los campos amarillos, al majadal de mis sueños donde se exprimen jugos y juegos de mágicas palabras.
Aquí encuentro silencio y paz.
Vuelvo a los higos imposibles, a
los tomates maduros y a la alberca de aguas heladoras veraniegas de el abuelo. A
la advertencia de mi pronaos imaginario, antesala de inscripciones escritas:
”Autoconocimiento”, recuerdos de ágrafos escritos me muestra el
chamán en el frontispicio.
Vuelvo a otra de mis habitaciones
particulares apolíneas. Vuelvo a mi santuario del dios Apolo personal. En la antesala
una mesa de billar anuncian serendipias.
Entro en el templo. La librería
sigue albergando el diccionario antiguo de tapas recias, mi i-ching particular de serenatas de Luna transitorias.
El gran oráculo de consulta de
descubrimientos nunca defrauda. Inicio el ceremonial casi sin buscarlo. Como un
impulso de algo por hacer sí o sí, el empuje me lleva a él.
Sólo yo conozco las instrucciones
secretas de uso.
Como en wu-wang no hay preguntas.
Sólo una respuesta que permita descubrir las indicaciones del Tao.
La fórmula mágica alquímica de
alambiques y grimorios imposibles despertará la flor de oro interior y el resto
hará por venir. No sé qué me encontraré. Sólo obedezco a mi firme determinación
y a la conexión presente. Abrazo esta en su espiral circular.
Vuelvo a la intención de no dejar
de perseverar, de persistir y lograr centrar y universalizar en este ritual
algún mensaje a compartir.
Un preciso momento se fija¹
Abro el diccionario, dejo
discurrir sus hojas. Me paro, señalo. Una palabra marca el dedo al azar.
Muestro lo que aparece:
“Presagioso”
Ahora escribo esta experiencia de ayer y me pregunto si es sobreexcederse adivinar sucesos tras enunciar
señales.
Creo hace poco que dije que no me
interesa la ciencia de la adivinación.
No opina así el oráculo.
Me piden los mundos superiores
ser por unas horas "la bruja Lola" que busque señales. Las acierte o no, las
proclame o no. Embajador que anuncie, misión a júpiter, algún suceso por venir.
Encontrar el medio para adivinar
que nos depara el futuro.
O quizás poco haga falta, el
medio se haya ya encontrado y esté todo más que escrito.
Soy un elegido en la red del Maya
en el que vivimos para amplificar mensajes. Hoy toca este, mañana será otro.
Si, me dejo condicionar para iniciar el camino a embarcar que me permita poco a poco abandonar los
espacios del no ser y aceptarme tal cual soy.
Lo que no permitiré es que me quemen en la hoguera si mi expresión sobrepasada deja de interesar.
Eso lo hacen los inquisidores del
dogma.
Y es que por ser uno vuelvo,
vuelvo, vuelvo…y a veces (no siempre) me sobreexcedo en mi infinito universo.
Pero vuelvo por ser yo, a ser yo...
1.
En
ese preciso momento (21/08/2022 a las 11: 05) se me hablan de sobreexcesos
en puerta 29.5. “De morder más de lo que uno pueda masticar”
“No tienen que convertirse en nada sólo existe lo que cada uno es" […]
Precioso texto. Prosaico y lirico. Se lee bien en horas matinales
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